El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
@NORCOEANO
Esta semana una nueva moda ha irrumpido en nuestras vidas para cambiarlas. Una irrupción que tendrá un impacto similar a la del fuego, la rueda, la electricidad, internet, la Power Balance o la Baticao: el Pokémon Go, la nueva obra de Nintendo que ha convertido nuestro planeta en un gigante juego de rol. La fiebre de Pokémon Go ha llegado a todas partes del mundo excepto a Corea del Norte, el elevado nivel cultural de los norcoreanos les evita caer en estos vicios imperialistas, eso y el no tener un móvil con internet. Pero la ola que ha generado Pokémon Go es tan grande que a pesar de ello ha conseguido penetrar en nuestras fronteras. Resulta que la ley surcoreana prohíbe dar instrucciones a Google Maps para llegar de un punto a otro y debido a eso el juego no funciona bien en Corea del Sur, pero sí en Sokcho, una ciudad fronteriza que ha pertenecido en distintas épocas a Corea del Norte y a Corea del Sur. “La Gibraltar coreana” la llamamos aquí. Los surcoreanos se acercan a la frontera a cazar pikachus y nosotros nos acercamos a la frontera a cazar surcoreanos, al final todos salimos ganando.