ANTIPAGANISMO
El día 1 de noviembre es el Día de todos los Santos desde que el Papa Gregorio IV así lo estableciese en el año 835. Te explicamos cuál es el motivo que llevó a la Iglesia a decidir que debía ser este día en concreto el que sirviese de tributo a los fallecidos.
Hoy es 1 de noviembre, un día en el que los cementerios de todo el país se llenan de familiares que visitan las tumbas de sus seres queridos. Aunque hay quien puede pensar que este día se lo inventaron los floristas para vender unos cuantos ramos y ornamentos más de lo normal, lo cierto es que fue la Iglesia la que decidió que este día debía consagrarse a las personas fallecidas. En el año 835 el Papa Gregorio IV decidió que el 1 de noviembre sería el Día de todos los Santos, para opacar a una festividad pagana que estaba muy extendida por Europa: el Samaín. Algunas culturas herederas de los celtas, como la gallega, todavía celebran este día, y esa es la prueba de que el Día de todos los Santos no consiguió calar tanto como otras celebraciones sustitutas de las costumbres paganas.
El Día de Halloween es, en realidad, la versión actual del Samaín que se celebraba antes: una noche en la que los seres queridos que han fallecido pueden volver y visitar a sus familias, por lo que se les debe rendir tributo y construir un altar en su honor. El Día de todos los Santos es una celebración bastante similar, pero sin ese componente de "regreso de los muertos", que va totalmente en contra del ideario cristiano, en lo que al funcionamiento de la vida y la muerte se refiere.
Por suerte, lo que sí se ha mantenido en ambas celebraciones es la costumbre de recordar a los familiares que han fallecido, como forma de respeto y de apreciación por lo que aportaron a la familia. Son muchas las personas que dejan este mundo antes de lo debido, y que no tienen la oportunidad de conocer a la descendencia que está por venir, y hablar de esos familiares a los más pequeños es importante para que su legado no caiga en el olvido.