El momento en que una bomba de palomitas de maíz explota en mitad de una calle de China
@DIOSTUITERO
Todos, o casi todos ( a veces estimo demasiado vuestra cultura) habéis oído hablar del pastafarismo, la religión del Monstruo del Espaguetti Volador, esa parodia que se creó para reaccionar frente a la decisión del Consejo de Eduación del Estado de Kansas de incluir en las escuelas la enseñanza pseudocientífica de la teoría del diseño inteligente, impulsada por movimientos conservadores y religiosos, como alternativa a teorías aceptadas por la comunidad científica como la de la evolución.
Corría el año 2005, y un físico llamado Bob Henderson pensó que si en los colegios se iban a poder enseñar chorradas religiosas disfrazadas de ciencia, qué mejor que crear la suya propia y solicitar con el mismo derecho que también fuese incluida en el plan de estudios. ¡O todas o ninguna! Y claro, el Consejo tuvo que recular y revocar su decisión.
Pero la cosa no quedó ahí, el pastafarismo se ha extendido por el mundo como una religión parodia crítica de las religiones. Y mola.
Esta religión sostiene que el mundo fue creado por el Monstruo del Espaguetti Volador, un ser invisible, un día que estaba borracho, lo que explicaría las imperfecciones que tiene. El calentamiento global, los terremotos y huracanes no tienen nada que ver con lo que dice Greta Thunberg, sino que son causados por la escasez de piratas en el mundo. Por eso los pastafaris van vestidos de pirata.
Uno se hace pastafari tras ser tocado por uno de los apéndices tallarinescos del Monstruo, que por cierto, tiene un nombre tan hermoso y difícil de pronunciar, que no solo mata a todo el que lo pronuncie, sino a todo ser dentro de un radio de 6534 kilómetros.
En cuanto a la vida después de la muerte, también sostiene que hay un cielo y un infieno. En el cielo hay volcanes de cerveza ( o la bebida que te guste) y Fábricas de Strippers ( del sexo que quieras). El infierno no es tan malo como el de otras religiones, no hay fuego y ni torturas salvajes, solo pasta de colegio y cerveza mediocre.
El símbolo del pastafarismo es una cruz, pero con un tenedor dentro para comer spaguetti, algo mucho más para todos los públicos que no un tipo crucificado y sangrando.
Sus libros sagrados son dos: el Evangelio del Monstruo del Spaguetti Volador y el Canon relajado, y en lugar de Diez Mandamientos tiene los Ocho Condimentos.
El pastafarismo ha sido injustamente rechazado como religión en casi todo el mundo. Tan solo la Cámara de Comercio holandesa lo ha reconocido como tal . En España su inscripción ha sido rechazada dos veces, pero entre todos podemos conseguirlo: ¡a la tercera va la vencida!
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