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SERIES NACIONALES
'Fariña' es la nueva 'Narcos'. 'Fariña' es la 'Narcos' española. Estamos seguros de que, si eres incondicional de las series, recuerdas estas expresiones de hace casi un año. Cuando supimos que Antena 3 estaba produciendo una ficción inspirada en 'Fariña', el libro de Nacho Carretero sobre el narcotráfico gallego, muchos levantamos la ceja, pero el resultado fue un bombazo.
Ni 'Narcos' ni nada. Ahora que se estrena la nueva entrega de la serie norteamericana, es un buen momento para poner en valor la apuesta española. Por ser española, claro, por ser nuestra, pero también por su excelencia creativa, por su carisma local, por sus pequeños apuntes de autor, y por su valor al poner en escena una historia que, además de española, es un cuento admonitorio universal sobre la corrupción del progreso. Si no has visto Fariña, ahora tienes la excusa perfecta. 'Fariña' no es la 'Narcos' española. 'Narcos' es la 'Fariña' estadounidense.
Es nuestra propia Historia
Podemos hacer muchas puntualizaciones, todas las que vendrán después, pero está claro que si 'Fariña' nos tira más que 'Narcos' es en parte por lo obvio: nos pilla cerca. La serie española cuenta una historia española, claro, pero también la Historia española. ¿A qué nos referimos con esto?
Que 'Fariña' y el relato de la persecución del narcotráfico gallego no son una simple anécdota, sino que son un capítulo necesario para entender otro muy importante en nuestras crónicas: la Transición española y la corrupción del progreso. Hombres criados en el pillaje y la picardía para sobrevivir durante la dictadura de Franco que cuando llega la libertad toman por la mano todo lo que creen suyo. ¿No te suena esto a lo que ves en los informativos día a día?
Miñanco, los Charlines, Oubiña y los demás
Pero estos hombres tienen nombre y apellidos. Existieron en la vida real. Sito Miñanco (Javier Rey), recién llegado y convertido en "héroe"; Manuel Charlín (Antonio Durán Morris), patriarca de carisma de mala leche que parece salido de una peli de Ozores; Laureano Oubiña (Carlos Blanco), orgulloso de tan hortera; Vicente 'Terito' (Manuel Lourenzo), el Padrino tranquilo del narcotráfico gallego. 'Fariña' cuenta su historia y la de otros tantos, hombres humanos, grises y criminales con los que tenemos que cuidarnos a la hora de idolatrar, pero que representan sin duda un simbólico episodio de España. Son grandes personajes de ficción, claro, pero también forman parte de nuestro cuento admonitorio: entra en Wikipedia para ver cómo terminaron.
Sus (anti)heroínas son mejores
Los primeros episodios de 'Fariña' nos hicieron temer que la serie tomara el mismo rumbo que muchas otras del género: convertirse en una ficción de señores criminales haciendo cosas de señores criminales, y muy orgullosos de ello. Por suerte, también se desveló como un relato muy interesante sobre los peligros de la educación y la masculinidad tóxicas.
Las mujeres, por ello, se alzan como figuras igual de complejas. Pilar, la Charlina (Isabel Naveira), que cuestiona una jerarquía repleta de hombres inútiles; Esther Lago (Eva Fernández), cabeza pensante del universo narco; y sobre todo Carmen Avendaño (Yolanda Muiños), la fundadora de las Madres contra la Droga. Nos recuerda que 'Fariña' también es una historia sobre la herida y el dolor…
Unos escenarios de infarto
'Fariña' es una producción española, concretamente gallega, y se nota en sus escenarios. La ficción nacional muestra cada vez más atrevimiento a la hora de abandonar los estudios y salir a la calle, y las series de Antena 3, de 'Mar de plástico' a 'Presunto culpable', son la inspiración a tener en cuenta. De hecho, para Fariña sería imposible contar una historia tan enraizada en lo local si no fuera por sus múltiples exteriores en Galicia, que sirven para situarnos en el lugar donde sucedió todo.
Nacho Carretero narra el libro en el que se basa la serie cómo su peculiar geografía hizo de esta región el epicentro del narcotráfico en España, y su reflejo en 'Fariña' es asombroso en las persecuciones en planeadora, dirigidas por Carlos Sedes y Jorge Torregrosa.
Un equipo con raíces y acento gallego
Pero Fariña también es gallega, por encima de todo, por el equipo que la ha hecho posible, y ahí reside gran parte del riesgo de sus creadores. Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdés, sus productores y valedores de la compañía Bambú, son orgullosos gallegos, y en esta especial ocasión huyeron de repartos populares para apostarlo todo por fichajes locales.
Y acertaron. Javier Rey ya era un habitual de su equipo (trabajó en Velvet), y aunque los demás intérpretes protagonistas eran desconocidos para muchos, a pesar de su veteranía, demostraron ser la elección ideal para sacar adelante este proyecto. Además, Fariña no huye de su acento gallego. Es el síntoma de que la ficción española también puede ser autonómica. Dudamos que a estas alturas de la película (mejor dicho, de la serie), no hayas visto 'Fariña'. Ahora no tienes excusa.