El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
ANTES QUE 'MOONLIGHT'
La nueva película de Barry Jenkins tiene influencias de Terrence Malick y sobre todo, un lirismo poético propio de autores menos conocidos por el gran público como Charles Burnett y Michael Roemer, cuya Nothing but a Man de 1964 fue de los primeros dramas que realmente conseguían ponerte en la piel de una persona de raza negra y exponía las dificultades de la vida en el sur.
Ambos han inspirado a mitos del cine afroamericano como Spike Lee y el director de Moonlight, que ha sabido eliminar los clichés de este tipo de cine centrándose en la historia de un joven, negro y homosexual, a lo largo de tres etapas de su vida y sin centrarse demasiado en exponer el problema de su condición más allá del día a día normal de la vida en el barrio.
Pero un tema tan, a priori, poco tratado en el cine como la aceptación de la propia comunidad de color de los hombres y mujeres homosexuales viene, y bebe, de algunos referentes cinematográficos que, con más o menos continuidad, han ido acercando el tema LGTB hacia el medio fílmico con anterioridad. En 1989, Donna Deitch dirigió la película para televisión The Women of Brewster Place protagonizada y producida por Oprah Winfrey, basada en la novela de Gloria Gaylor de 1982 con el mismo nombre.
Entre su elenco de estrellas Lonette McKee y Paula Kelly representaban a dos personajes lésbicos que debían huir de su vecindario suburbano de clase media por su orientación sexual para encontrar que en el nuevo vecindario las cosas no mejoraban.
Uno de los primeros cineastas que se atrevió a tocar el tema en profundidad fue Marlon Riggs. Su segunda película fue un célebre documental, Tongue Untied, en el que él mismo, con la ayuda de otros negros gays, celebraba el amor entre hombre de raza negra como un acto revolucionario. Riggs contaba su infancia y adolescencia y mezclaba imágenes de archivo del movimiento de derechos civiles junto a imágenes de hombres negros marchando en un desfile de orgullo gay. Más cinematográficas, de forma tradicional, fueron las primeras películas de Isaac Julien.
Tanto en Looking for Langston (1989), sobre la homosexualidad del escritor Langston Hughes, vinculado al movimiento de renacimiento de Harlem, o como La radio Pirata (1991), sobre el panorama social y cultural británico de los setenta, en el que el ambiente LGTB se mezclaba con la música punk, funk y reagge.
La gran eclosión de cine LGTB en los noventa incluyó muchos ejemplos que abrirían el camino a la exposición de otros aspectos menos tratados como la cultura Drag. Paris Is Burning es un documental ya clásico sobre la cultura de los salones de baile clandestinos de la ciudad de Nueva York, con varios participantes afroamericanos homosexuales y transexuales como Willi Ninja y Octavia St. Laurent. El cineasta negro más comprometido, Spike Lee, también tuvo su hueco para tratar la homosexualidad en She Hate Me (1994) una comedia dramática con Kerry Washington interpretando a una madre lesbiana que practica el poliamor.
Más conocida y porpular fue A wong foo, gracias por todo (1995), una especie de versión multiétinica de Priscilla, reina del desierto con Wesley Snipes, haciendo de Drag Queen. En Set It Off (1996) de F. Gary Gray había un reparto étinico de caras muy conocidas como Jada Pinkett Smith, Vivica A. Fox, Kimberly Elise y Queen Latifah, que interpretaba a una lesbiana ladrona de bancos. Con otro tono más dramático, The Watermelon Woman (1996) contaba la historia de una cineasta lesbiana afroamericana en Filadelfia que se enamora de una mujer caucásica.
En la década de los 2000, una de las primeras series que revolucionaron el panorama televisivo incluía a un personaje negro y homosexual, pareja del protagonista. La inolvidable A dos metros bajo tierra normalizaba las relaciones homosexuales, en un producto de gran aceptación pública gracias a HBO, y abriría aún más la visibilización de esa minoría.
En 2007 el corto Paria de Dee Rees sería la base de la película de una niña afroamericana de 17 años abrazando su identidad como lesbiana y luchando contra el desdén de su madre. Starrbooty (2007) de Mike Ruiz, mostraba al, ahora muy popular por su reality drag , Ru Paul interpretando a una prostituta encubierta. La década dejaría algunos documentales importantes como Still Black sobre la interseccionalidad de hombres afroamericanos transgénero, Black.Womyn, centrado en las vidas y puntos de vista de lesbianas de ascendencia africana de diversos orígenes o Noah's Arc: Jumping The Broom que cuenta la historia de dos hombres gay que se preparan para su boda.
Ya en nuestra década, aparece Change (2011) un importante corto sobre un adolescente afroamericano gay que se enfrenta con su identidad en la noche en que el presidente Barack Obama es elegido. Stud Life (2012) de Campbell X, cuenta la historia de una lesbiana británica y su mejor amigo gay, y del mismo año, The Skinny de Patrik-Ian Polk, cuenta la historia de cinco compañeros de colegio, cuatro chicos homosexuales y una lesbiana ,que se juntan en Nueva York para un fin de semana de diversión en el que surgen secretos y situaciones dramáticas.
El formato documental regresa con You Are Not Alone (2012) que explora los factores psicosociales subyacentes que causan depresión en hombres homosexuales afroamericanos o The Peculiar Kind sobre mujeres de color de Nueva York y sus perspectivas y experiencias en la comunidad queer. Más recientemente, el galardonado Stories of Our Lives, a través de una serie de cinco viñetas en blanco y negro, habla sobre las experiencias de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales de Kenya.