El momento en que una bomba de palomitas de maíz explota en mitad de una calle de China
#OdioParaGays
En el colegio y el instituto Xavi Fontana tenía amigos, y se sentía apreciado. Pero muchos intuían que era gay y no perdían una oportunidad para humillarle.
Cuando Xavi atravesaba un pasillo y al final estaban “los cuatro de siempre” sabía que se llevaría más de una colleja y algún insulto.
A Xavi no le importaba que le llamaran “maricón”, sino sentir que no era lo suficientemente fuerte como para plantarles cara.
Los años pasaron, Xavi está casado y vive en Madrid. Sin embargo, a menudo, cuando pasea de la mano con su pareja recibe alguna mirada de desaprobación. Sabe como hacerles frente: les ignora cuando no merece la pena, y les mira a los ojos cuando sabe que debe plantarles cara.
Recientemente, Xavi y su marido asistieron a una boda, todo fue perfecto: buen baile, diversión y buena comida; pero cuando regresaron a la ciudad en el autobús de los invitados, los amigos del novio sacaron fuera lo que se estaban guardando toda la boda, insultos de pura homofobia.
Xavi sintió volver a su instituto y estar frente a “los cuatro de siempre”.