@NORCOREANO
Jesús murió con 33 años sólo para dejar claro que vendría la victoria 33 de Fernando. La secta fundamentalista del Nano, la más radical de internet.
Esta última década han proliferado los fundamentalismos cristianos en Estados Unidos e islámicos en Oriente Medio, pero nos ha pillado por sorpresa el surgimiento de un nuevo integrismo religioso: el alonsismo. Los alonsistas crecen como setas y cada vez son más radicales. Funcionan como cualquier secta religiosa, en vez de ‘El Mesías’ o ‘El misericordioso), se refieren a su Dios como El Nano. El Nano ha venido a salvarlos y tiene un destino: conseguir su victoria número 33 en la Fórmula 1. El 33 es un número sagrado para los alonsistas y está oculto en todas las cosas de la vida. El mismo Jesús murió con 33 años y lo hizo para dejar claro que vendría la victoria 33 de Fernando.
Los alonsistas son principalmente Forococheros que se han ido radicalizándose en Twitter y hasta convertirse en la secta más peligrosa de la actualidad. El alonsista duerme con un casco y un mono de Aston Martin y coge a su abuela de la pechera cuando Lobato anuncia el safety car. Los alonsistas se reúnen en secreto a ver pasar coches a lo largo de un circuito una y otra vez en el mismo orden. Los coches hacen Brrrmmmm… Brrummmm y los alonsistas escupen espuma por la boca.
Los alonsistas son fácilmente reconocibles porque se comunican en redes con mensajes crípticos y ambiguos: "Han perdido aerodinámica en el alerón", o "Después de esta curva activa el DRS". Al contrario de lo que se pueda pensar, los fundamentalistas del Nano son principalmente jóvenes que no vivieron su primera etapa y se han hecho seguidores ahora. Los alonsistas creen en ‘El plan’, ese destino ineludible que tiene la humanidad de que Fernando Alonso vuelva a ser campeón antes de que venga el fin de los tiempos, que ya parece cerca. Cuando eso pase, los alonsistas saldrán a la calle a disparar a los paganos con botellas de champán recién abiertas, pero ya será demasiado tarde.