REVUELO EN REDES
La cantante británica pero de origen español sorprende a sus seguidores con un giro estilístico y unas "ganas de reenamorarse" de los que no se ha dejado de hablar en Twitter.
"Tengo ganas de concierto", decía hace no mucho tiempo Sofía Ellar en las festividades de su Madrid adoptivo. "Tocar en casa es nervio total y absoluto", contaba hace unos meses esta londinense de raíces españolas y que subió mucho en nuestro país con la fama que le dio su 'Resistiré' (con otras tres docenas de artistas) durante los primeros confinamientos por coronavirus.
Allí conoció a Álvaro Soler, otro cantante, con el que se comprometió hasta poco antes del concierto madrileño por San Isidro. Solo unas semanas antes de esa cita con el público decidieron cancelar la boda, y la ruptura provocó una deriva existencial y de personalidad que ha ido retratando en redes sociales. Todo, hasta llegar a noviembre...
Hace cinco días abandonó la estética hippie y mayormente happy que la había definido en su carrera para abrazar un look rollo cabaretera moderna con un toque chungo, de malota. Adiós a su melena rubia y a la ropa más o menos clara y colorida (últimamente estaba tirando por el cuero), y qué mejor momento para hacerlo que la gala de Los 40 Music Awards.
Si Ibai con Rosalía fueron los que más llamaron la atención, la siguiente en la lista tuvo que ser a la fuerza Sofía. "Mi cambio es tan radical, que me es difícil reconocerme a mí misma", dijo en el photocall de la entrada donde todos visten sus mejores trapitos, pero ella directamente renovó el armario.
En las entrevistas que concedió a varios medios en aquel evento declaró lo evidente para cualquiera que la haya seguido en Instagram: que su cambio ha sido relativamente gradual hasta la metamorfosis última. Y que todo estaba pensado, no es que haya perdido la cabeza, aunque a veces lo parezca.
"Sofía Ellar quiere venir mañana, dice que quiere ser libre, bañarse en vaqueros y reenamorarse en un anticuario encima de mi escenario mañana en mi evento. ¿La dejamos?", dice de manera críptica en sus redes. Todo parece que tendrá solución esta misma tarde, cuando en los cines Callao de Madrid estrenará su nueva identidad: Mademoiselle Madame.
Un cambio que recuerda a aquel que hizo Prince cuando se cambió el nombre por nosequé símbolo raro, o como cuando Ibai quitó lo de LVP en su identificador en Twitter. Cambiar es evolucionar, y a la gente desde luego le intriga ver qué será lo próximo. ¿Un adiós a Sofía Ellar? ¿Una terapia pública para reinventar una identidad? ¿Quizá el nacimiento (o renacimiento) de una estrella?