El momento en que una bomba de palomitas de maíz explota en mitad de una calle de China
No es una reivindicación feminista. Es su propia liberación
Teñirte el pelo es caro, si vas a la peluquería te sale por unos 30 euros. Y si quieres mantener el cabello intacto deberás ir cada 15 días.
Saca la calculadora: una mujer con canas puede gastarse unos 720 euros al año en tener el pelo libre de canas. Mientras a la mayoría de los hombres ni se les pasa por la cabeza una inversión así.
Además, cada sesión de tinte dura alrededor de DOS horas, eso nos daría 48 horas al año, por tanto: dos días invertidos en seguir la corriente a la idea popular de que un pelo juvenil es aquel que mantiene su color.
Leonor tiene el pelo blanco, y no es ningún secreto. A sus 35 años decidió dejar de teñirse, llevaba desde su más tierna adolescencia tiñéndose, porque es lo que se esperaba de una chica joven, que esté todo lo guapa que pueda y que defienda su juventud.
Sin embargo, con el paso de los años Leonor empezó a hacer cuentas: el tiempo que ha invertido, el dinero que ha gastado, y la presión que ha tenido que soportar. La diferencia entre teñirse durante 30 años o no haberlo hecho nunca no solo es una cuestión económica, sino de libertad.
Cuando decidió dejar de teñirse la gente le preguntaba si estaba segura y si esto era un experimento. Leonor respondió: “Estoy cansada de ir cada 15 días a la peluquería, si puedo estar bien con mis canas y salir a la calle sin preocuparme si se me ven o no”.
No es una lucha ideológica ni una reivindicación feminista. Es su propia liberación, personal, pero que está marcando al unísono una nueva forma de afrontar la belleza femenina.
“No se es menos joven porque tengas canas, de hecho, hay muchas chicas muy jóvenes que ahora resulta que se tiñen de gris”.