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Tópicos de la educación sexual para la gente rancia de derechas

Becaria reflexiona sobre la educación sexual y el ataque de la derecha a Irene Montero.

Tópicos de la educación sexual para la gente rancia de derechasPixabay

La educación sexual en la infancia y adolescencia vuelve a estar en el candelero por las últimas declaraciones de Irene Montero, ministra de Igualdad, sobre jóvenes y embarazo, y el derecho de los menores de edad a recibir educación sexual, que la ultraderecha ha manipulado para acusarla de admitir la pederastia y querellarse contra ella ante el Tribunal Supremo. Si ha sobrado algo del confeti que compró en su día la trama Gürtel del PP por 4.680 euros para las fiestas infantiles de Ana Mato, que lo saquen, por favor.

Este latigazo de los herederos ideológicos del franquismo ha conseguido su objetivo de movilizar a toda su caterva de eutanasia intelectual parasitaria contra la ministra y su familia, y también contra la educación sexual necesaria y básica para construir una sociedad con principios y civilizada, queriendo hacer creer al pueblo en tópicos de irrealidades, como que educar en sexualidad y género es enseñar a masturbarse, las posturas del Kamasutra, jugar a cambiar de sexo con vulvas y penes de goma, encontrar el clítoris y la próstata a los mismos muñecos que se utilizan para las clases de primeros auxilios, o ver en el proyector de la sala de audovisuales videos porno con caballos.

El trauma sexual de Vox con el sexo

Criticar la educación sexual es una de las especialidades del partido político con nombre de diccionario. Alicia Rubio, diputada regional de la formación, en una ocasión calificó de “tontadas” y “majaderías ideológicas” las iniciativas para combatir estereotipos sexistas en los centros educativos, y también ha considerado al feminismo un movimiento que representa fraudulentamente a las mujeres, proponiendo como asignatura obligatoria la costura porque "empodera mucho coser botones”.

Juan García-Gallardo, líder de Vox en Castilla y León, bajo su punto de vista de señorito de puro y clavel en la solapa, se posicionó recientemente contra la educación sexual, además de contra otros derechos fundamentales como la eutanasia y el aborto, porque es una perversión para los niños de su comunidad.

Rocío Monasterio, embajadora del Pin Parental, también conocido como "Pin Neandertal", que defiende la no educación sexual en los colegios e institutos y dejar ese asunto exclusivamente para la esfera privada, puso la joya a la corona afirmando que a los niños de Madrid se les invita a "probar nuevas prácticas sexuales y explicárselas a los demás" y que en los talleres de educación sexual "se habla de zoofilia, de parafilias".

Están todo el día con la “ideología de género” en la boca, pero viven en un perpetuo estereotipo de rosa y azul; amo y esclava; hombre trabajador y jefe de familia y mujer cuidadora de los hijos; hombre inteligente y fuerte, y mujer sensible y llorona. El libro de la Sección Femenina que vendía Pilar Primo de Rivera en los años de Paco, es su biblia privada de debajo de la almohada.

Curas, vírgenes y religión frente a prevenir abusos

Educar sexualmente previene el acoso y el abuso durante la infancia, la adolescencia y en la adultez. Educar sexualmente es tomar consciencia del propio cuerpo y de que nadie tiene derecho a tocarlo; del consentimiento; de saber decir "no" a tiempo, también "sí" si hay deseo. Educar sexualmente en los colegios ayuda a niños y niñas que sufren abuso en casa a identificarlo y poder pedir ayuda. Educar sexualmente es tan o más importante que estudiar física, química o matemáticas, y no todas las familias están capacitadas para formar en estas disciplinas, pero paralelamente están de acuerdo en la impartición de clases de religión, la mal llamada "educación religiosa"; mero adoctrinamiento y lobotomía intelectual. La educación sexual es un derecho de todo menor que algunos padres seguidores de las sectas políticas ultraderechistas desean poder coartar, creedores de que sus descendientes son de su propiedad y no personas de pleno derecho. Pero a los oradores de esta ideología les interesa más vender que educar sexualmente es hacer vulvas y penes con barro y témperas, jugar a cambiar de sexo, discutir el color de La Sirenita, aprender a masturbarse en clases de treinta alumnos y ver porno orgiástico grabado en el Loro Parque de Tenerife.

Estar en contra de la educación sexual es cosa de mentes infartadas, ancladas en la creencia de que “si controlas su educación, controlarás sus mentes”, esa caduca idea de todas las dictaduras.