FLASHBACK
Tu infancia dosmilera quedó atrás hace mucho, y con ella se marcharon una gran cantidad de recuerdos que probablemente nunca rememorarás. Pero, como en FlooxerNow somos unos nostálgicos, te proponemos este viaje al pasado con diez objetos de tu infancia que habías olvidado.
Se acabaron los tachones y los manchurrones: el bolígrafo que se borraba con el calor fue la gran esperanza de muchos niños disléxicos sin diagnosticar. El único problema estaba si vivías en un sitio demasiado cálido… ¡tus deberes podían desaparecer si dejabas el cuaderno al sol!
Ser el más cool de la Primaria dependía en gran medida de si tenías una de estas gomas de borrar giratorias, que servían para evitar que se llenasen de roña de los dedos infantiles por los que pasaban.
Lo más seguro es que fuesen desastrosas para la salud de la espalda, y que provocasen más de un accidente, pero el flow que uno tenía con sus zapatillas con rueditas era insuperable.
Hay quienes todavía la guardan para hacerse sus desayunos cada mañana: así de buena era la calidad de los productos dosmileros, cuando todavía no se hablaba tanto de obsolescencia programada.
¿El helado que salía de ellas tenía un sabor horrible? Sí. ¿Aun así, seguías fingiendo que te encantaban esos helados para poder seguir viviendo la ilusión de prepararlos por tu cuenta? Por supuesto.
Cuántas horas de recreo amenizaron los minijuguetes coleccionables… Sirvieron, además, para instruir a toda una generación en el arte de la ludopatía.
Eran feos, minúsculos y pasaban más tiempo emborronados que completos, pero cada verano seguíamos pegando calcamonías en nuestra piel sin ningún orden ni criterio.
Reutilizar un álbum de fotos para llenarlo de pegatinas fue la introducción de muchos al diseño gráfico (y también a las técnicas de negociación para los intercambios).
Si era digital, era guay: la gran premisa de los juguetes dosmileros. Cada cual tuvo el suyo, con nombres y conceptos de lo más horteras, y todos nos aburrieron antes que cualquier otro juguete de toda la vida.
Los hicieron con temáticas de absolutamente todas las series y franquicias habidas y por haber, y sus forros de poliéster perdieron el color y se llenaron de bolitas al poco de llegar a nuestras vidas.