HUIR POR PATAS
En la aplicación de citas es más probable llevarse un susto que encontrar al príncipe azul y ante eso mejor reír que llorar.
Sabemos que andas por aquí porque tú también has intentado encontrar el amor en una app de citas. ¿Y cómo te ha ido? Porque por experiencia propia y vivencias ajenas ya te adelantamos que triunfan más los thrillers que las comedias románticas.
Para los que aún no conozcan Grindr, es una plataforma muy similar a Tinder y con la misma finalidad. La diferencia que deberías tener en cuenta antes de descargártela es que es exclusiva para el público gay y bisexual. Con esta premisa clara podemos proceder con las locuras.
Existen leyendas muy antiguas que aseguran que hay parejas surgidas en el seno de una 'app of love' y que a día de hoy siguen viviendo su propia Luna de Miel. Desde aquí queremos felicitar a las duplas agraciadas pero hoy no venimos a hablar de ellas.
Los protagonistas de hoy son las perlas surgidas en el mar de Grindr y compartidas en Twitter por sus protagonistas, experiencias de primera mano y fresquitas para encarar el verano. Chicos valientes sin miedo a exponer sus vergüenzas y unos chats que han despertado más carcajadas que el bebé gigante que asola la red social.
Vamos a empezar por lo esencial, materia básica para inexpertos. Si queréis entrarle a alguien es importante no fastidiarla al principio. Antes de decir hola, pregunta: “¿Qué concursante de Drag Race España es tu fav?”, con eso tienes medio camino ganado. Y si no, bloqueo que te crió, que hay cosas con las que no se juega.
En este paraje singular que hoy nos ocupa también hay usuarios que prefieren no dar la cara –por eso de que lo importante está en el interior–, y optan por suplantaridentidades. Qué feo. Al único al que se lo permitimos es al desconocido que osó hacerse pasar por Doña Belén López Vázquez. Claro, así cualquiera consigue una cita, dos y la boda al día siguiente.
Entre Belén y Kim Kardashian nos quedamos siempre con la primera, pero reconocemos que la celebrity es un mood constante y sus memes pueden sintetizar cualquier estado de ánimo –siempre que no te confundan con ella–. Es una herramienta que puedes usar para cuando no te apetezca escuchar la notificación del demonio que anuncio a un interesado en ti.
En la vida también están los que van con prisas y quieren ir al grano, los que se toman lo del ‘Carpe Díem’ al pie de la letra y para los que la charla está de más. Este tipo de perfiles son una piedra en el zapato para los más idealistas y románticos.
Lo bueno de Grindr es que no conoce fronteras y la ubicación la determinas tú mismo. Ligar sin moverte del sofá por el mundo entero nunca había sido tan fácil. Con la pandemia, y si tenías ratos muertos, podías encontrar amigos en Washington y a los cinco minutos entablar conversación con algún argentino.
Querer enamorar a un atleta olímpico es estar a otro nivel, que son muy estrictos y por Tokio no sabemos cómo sigue lo de las camas antisexo. Como siempre, lo mejor es tomárselo todo con humor y no perder jamás la ilusión. Si no encuentras tu media naranja en Tinder, Wapa o Grindr, no te preocupes y que no cunda el pánico, siempre te quedará Twitter para encontrar la empatía, volcar tu frustración y echarte unas buenas risas.