DORMIR EN PAREJA
Cuando nos acostumbramos a dormir con alguien cogemos ciertas posturas que nos pueden estar diciendo mucho sobre la evolución de la relación. Te contamos cuáles son.
Los seres humanos tendemos a tener rutinas en muchos ámbitos de nuestra vida. Incluso a la hora de dormir tenemos nuestra propia forma de acostarnos y ciertas manías que cuando dormimos en compañía se notan el doble. Hay quienes no pueden conciliar el sueño si no están en cierta postura y las posiciones en las que dormimos cuando estamos en pareja son especialmente reveladoras de información sobre la relación.
Una de las posturas para dormir en pareja más clásicas es ‘hacer la cuchara’. Esta postura denota una gran comodidad emocional. Aquí se busca el contacto físico ya que se trata de una posición de piel contra piel, y aunque denote esta comodidad emocional que podemos pensar que llega después de un cierto tiempo de relación, lo cierto es que esta postura suele darse al comienzo de la relación.
Una variación de ‘la cuchara’ es ‘la persecución de la cucharita’. En esta postura uno de los integrantes se desplaza hacia un lado en posición fetal, mientras que el otro, que duerme en la misma dirección, apoya su cabeza en el brazo o en el torso de su compañero. En esta postura se pueden observar dos signos: el primero es que la persona que se aleja en posición fetal puede estar buscando algo más de espacio y es por ello por lo que se retira de su pareja. El segundo es que la otra persona, ‘el perseguidor’, puede estar buscando más atención por parte de su pareja.
Dormir espalda contra espalda es otra de las posturas que se pueden dar. Este caso denota independencia del uno del otro, pero si se da el caso de que los glúteos se tocan, se entiende que las dos personas se sienten cómodas y relajadas en compañía del otro además de tener su propio espacio personal en la pareja.
Cuando la cabeza de uno de ellos reposa en el hombro del otro, observamos que hay un alto nivel de compañerismo en el que uno permite ser protegido y cuidado por el otro. Además, señala también que hay un alto nivel de comprensión y confianza en la relación.
Por último, si la pareja duerme cada uno por su cuenta, pero uno de ellos toca con el pie al otro, puede significar que la persona que extiende la pierna podría necesitar una mayor conexión emocional por parte de su pareja. En cambio, si son los pies de ambas personas los que se entrelazan, significa que sus vidas están unidas en un profundo nivel y que ambos viven el día a día como un solo ser.
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