CUMPLIENDO FANTASÍAS
Cumplir los deseos y las fantasías de la pareja es algo que gusta a la mayoría de personas, pero todos tenemos nuestros límites. Hoy te contamos qué puedes hacer si tu pareja te propone tener sexo anal, tanto si no te atrae la idea como si sientes curiosidad por probar.
Si tu pareja te ha propuesto tener sexo anal, lo primero que debes hacer es reflexionar con calma. No te precipites ni respondas con descalificaciones ni enfados, ya que tu pareja solo ha planteado una idea que le gustaría probar. Las personas tienen derecho a contar sus fantasías a sus parejas, y responder con asco a esta propuesta solo hará que después tu pareja se cierre a ti en el terreno sexual, y que eso dañe vuestra relación para siempre.
[[H4:Si la respuesta es no…]]
Si después de reflexionar sobre el tema, decides que el sexo anal no es algo que te apetezca probar, tienes todo el derecho a expresarlo con calma, y tu pareja tendrá que aceptarlo. No aceptes manipulaciones ni negociaciones: si es que no, es que no. Cualquier práctica sexual en la que tú no consientas del todo lo que está ocurriendo es una agresión.
[[H4:Si la respuesta es sí…]]
Si, por el contrario, sientes curiosidad por probar lo que tu pareja te propone, entonces debes expresar esa afirmación con las condiciones que conlleva. Es, probablemente, una experiencia nueva para vosotros y es normal que a la primera no vaya del todo bien. Aprended juntos y pide que las cosas se detengan si no quieres continuar.
El sexo anal no es una práctica fácil: investiga bien el asunto antes de ponerlo en práctica, y ten mucho cuidado con las consecuencias que puede tener en tu salud. Hacerlo de forma muy brusca puede provocar daños en el cuerpo de la persona penetrada que duren una larga temporada, así que no olvides ir poco a poco y utilizar muchísima lubricación, ya que no es una zona que se lubrique de forma natural. Sobra decirlo, pero recuerda que la protección es igual de necesaria en el sexo anal que en el sexo tradicional; o, incluso, lo es aún más, debido a las heridas que se forman a menudo con estas prácticas, que aumentan exponencialmente las posibilidades de transmitir una ETS.