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GUSTAR O NO GUSTAR

¿Por qué nos preocupamos tanto por gustar, y no porque las personas nos gusten? La reflexión que está removiendo las redes

Los problemas de autoestima son muy traicioneros, y las personas pueden llegar a hacer lo que sea con tal de gustar a alguien nuevo al que están conociendo.

Una pareja teniendo una citaPixabay

El amor y las relaciones no son nada fáciles, y cuando las inseguridades entran en juego, lo son aún menos. Muchas personas con una mala percepción de sí mismas tienen tendencia a adaptarse a los gustos de aquellos con los que se relacionan para resultarles más agradables o atractivas; en definitiva, para gustar más. En cambio, rara vez se preocupan de si la otra persona les gusta o se está portando bien con ellas, ya que centran todos los problemas en sí mismas. ¿Por qué ocurre esto? La publicación de este tuit que se ha hecho viral tiene a muchos reflexionando sobre el asunto.

La falta de autoestima y la desesperación por complacer están muy ligadas. Una persona que no tiene aprecio por sí misma necesita de la aprobación de los demás para sentirse válida o querida, y es por eso que muchos están dispuestos a cambiar su forma de ser y de pensar para gustar a las personas que les importan. Ya sea para agradar a un amigo, un familiar o una posible pareja, cualquier cosa vale con tal de que el otro se sienta bien. Para quienes piensan de esta forma, el conflicto con otros es lo último que desean: se adaptarán cuantas veces hagan falta para ser aceptados.

Si te ocurre esto, o conoces a alguien que pueda estar comportándose de esta forma, es probable que la asistencia psicológica profesional sea la mejor opción. La obsesión por agradar puede parecer un rasgo inocente, pero muchas veces esconde grandes inseguridades y problemas de salud mental, que deben ser tratados para que la persona pueda sentirse a gusto y aprenda a relacionarse de forma sincera con su entorno. Es normal querer gustar a la gente, ¡pero no se puede estar dispuesto a hacer lo que sea para lograrlo!

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