LA CIMA DE LO GROTESCO
El ¿youtuber? más odiado de España se enzarza en un enfrentamiento que pasa automáticamente a formar parte de las alcantarillas en la creación de contenido. Nada raro teniendo en cuenta su pasión por la polémica.
Por un lado, es una lástima que los mejores momentos de Borja Escalona estén desaparecidos por la suspensión de algunos de sus canales. Por otro, es un alivio que semejante contenido no pueda verse, ya que corría el peligro de que a algún lumbreras le diese por imitar tan peligroso comportamiento.
Si este verano robaba a tenderos (aunque luego les intentaba pagar), amenazaba con tirar huevos a vagabundos o vacilaba a prostitutas en directo, el último enfrentamiento en sacarle de su guarida ha sido uno con Luisa Garrido, una creadora de contenido del YouTube profundo que primero se declaró "franquista y contraria a los maricones de Podemos" para luego renegar y convertirse en "activista por los derechos LGTBI" (su canal en Twitch, con 12.000 seguidores, tiene la bandera arcoiris de fondo).
Tampoco ajena a la polémica, un acuerdo con Borja le ha llevado a protagonizar el cotilleo escabroso de Twitter en las últimas horas. Todo comienza, al parecer, cuando el no muy comedido "influencer" de las cosas gratis o intimidaciones en tiendas amenazó a Luisa con romper los cristales de su casa ("era broma", dice él). Quién sabe por qué (guiño-guiño), la aludida no se lo tomó muy bien y aprovechando que Borja está de visita en Valencia acudió a su encuentro físicamente.
A las 23:30, la streamer estaba en directo en la urbanización donde el de Madrid se alojaba, con floridos insultos al provocador que acabaron con este saliendo a la calle para intercambiar más adjetivos, hasta que llegó la policía. Hay un hilo en Twitter que los resume, incluyendo la "agresión" (que no se ve aunque se describa), pero no sé si son dignos de tu tiempo...
Lo que no podemos recomendarte son los soporíferos 30 minutazos en los que Borja habla sobre el asunto en su canal, que comienzan con su ya característico lloriqueo fake y unas explicaciones de que se fue a Valencia "porque tenía que ir a los juzgados de Arganda y están en la autovía A3", que lleva al Levante. Como dato, entre Arganda y Valencia hay 327 kilómetros.
Confirmando las sospechas de montaje al menos como intención (aunque con él nunca se sabe cuándo es cuento), narra desde su punto de vista que "quería generar otro beef, que eso es lo que da dinerito". En fin, lo de siempre y una forma de ganarse la vida que está tan cerca del esperpento como de que le acabe pasando una seria factura. Sí, va con segundas lo de la factura.