SON PERSONAS
Una hostelera ha criticado la falta de empatía y respeto que tienen muchos clientes hacia ellos, quienes no suelen respetar la hora de cierre de los locales y entran a última hora, pese a conocer la hora a la que tienen que cerrar.
Cuando uno está trabajando y empieza a acercarse la hora de salida, es muy común estar pendiente del reloj para irse en cuanto llega ese momento. Pero la realidad es que cuando este final de jornada no es el de uno mismo, muchas personas tienden a ignorarlo y no fijarse en la hora que es, y esto es justo de lo que se ha quejado una profesional de la hostelería. En un vídeo en el que se ha mostrado especialmente frustrada, ha criticado la falta de empatía y respeto que existe hacia las personas que trabajan de cara al público, porque, aunque las personas sepan la ahora la que cierran, siempre entran en el último momento.
Esto es algo que ya resulta molesto de por sí, pero, cuando encima lo hacen clientes habituales que conocen el horario, la frustración resulta todavía mayor. Porque, tal y como la chica ha compartido, ella tuvo que quedarse más tiempo porque entraron 60 clientes en su local a diez minutos de cerrar, algo que la obligó a hacer horas extra no remuneradas, ya que, aunque los echó a la hora del cierre, después tuvo que quedarse a limpiar todo el local.
Con esto, la chica ha querido de recordar la falta de empatía que existe hacia ellos, ya que, tal y como ha remarcado, los hosteleros y dependientes también tienen una vida fuera de su trabajo, por lo que deberían respetar sus horarios de cierre para que puedan salir a su hora. Y, como era de esperar, la mayoría de los usuarios han empatizado con ella, aunque muchos otros también han señalado que esto no es culpa de los clientes, sino de la mala gestión de su jefe.
El motivo por el que tantos han estado de acuerdo con esto es porque, en hostelería, no deberían hacer coincidir el fin de su jornada laboral con el cierre del establecimiento. Tal y como ha expresado el tuitero Omadón, lo normal es que ella terminara su jornada remunerada más tarde, y no a la misma hora que cierra el local, porque los clientes tienen derecho de quedarse hasta esa hora. Por tanto, permitiría arreglar todo antes del cierre, a no ser que los clientes salieran previamente.
Sin duda, los hosteleros siguen encontrándose con una gran cantidad de problemas debido a la mala gestión de algunos locales, y a la falta de respeto y empatía que sufren, algo que hace todavía más duro un trabajo que ya lo es de por sí.