I AM THE TABLE
La lucha libre profesional es un deporte, un espectáculo y ambos a la vez. Es drama y es comedia, es veloz y es táctico. Es muchas cosas de muchas maneras diferentes, si eres lo bastante valiente para explorar sus múltiples vertientes. ¿No nos crees? Pues mira este combate entre dos hombres invisibles.
El wrestling es conocido mundialmente gracias a las principales empresas de lucha libre, como WWE, AEW, Ring of Honor o TNA. Sin embargo, no son las únicas existentes, dado que a lo largo y ancho del planeta se pueden encontrar diferentes federaciones. La escena inglesa es especialmente pujante, mientras que la española nos puede dar alegrías si sabemos dónde buscar. Por supuesto, México tiene una larga tradición, y Japón no se queda atrás. La empresa que hoy nos ocupa es, una vez más, estadounidense, aunque es más particular. Se llama Game Changer Wrestling, y es capaz de ofrecernos un combate entre dos hombres invisibles y que sea muy, muy emocionante.
¿Cómo se logra esta magia? ¿Cómo triunfa una lucha entre dos personas que absolutamente nadie (menos el árbitro) puede ver en ese recinto? Entendiendo bien el lenguaje de la lucha libre. A poco que empieces a ver algunos combates descubres algunos patrones de comunicación. Lo que se establece sobre el ring es deporte y entretenimiento a partes iguales, lo que significa que los wrestlers desarrollan una historia sobre parámetros conocidos. Un poco como el equivalente a que muchas películas y novelas utilicen El héroe de las mil caras como base para su estructura.
Así, en esta pelea entre Invisible Man contra Invisible Stan la clave reside en la comunicación entre el árbitro, el público y los comentaristas. El árbitro está en el centro y es quien guía la acción, y mediante el lenguaje habitual de esta disciplina transmite lo que sucede. El público conecta con ello y forma parte del juego, reaccionando en consecuencia. Finalmente, los comentaristas completan este triángulo, añadiendo la salsa, la emoción y la capacidad de que la gente que lo ve a través de las pantallas termine de sentir lo que sucede. El resultado es que, por loco que parezca, dos hombres invisibles se marcan un combatazo de lucha libre, incluyendo saltos por todo lo alto y mesas atravesadas. Y, si no nos creéis, concededle una oportunidad y dadle al play.