MEJOR NO LO HAGAS
La tiktoker Natalia Palacios ha llamado la atención de muchos en redes por confesar algo que hacía de pequeña y que solo a ella le parece normal: chupar plastilina usada y guardarla, para volverla a chupar cuando le saliese moho.
Hay secretos que es mejor no confesar, sobre todo cuando se refieren a cosas que alguien hace durante la infancia, una época que no destaca por ser especialmente racional. La tiktoker Natalia Palacios lleva mucho tiempo atrayendo la atención de los usuarios de TikTok, sobre todo desde que empezase su historia de amor con el también tiktoker Carliyo, pero ahora se ha llevado unas cuantas críticas por compartir una confesión de lo más extraña.
Según ha explicado Natalia, ha vivido una situación de shock al descubrir que una de las costumbres que tenían ella y sus amigas durante la infancia no era algo normal: chupaban plastilina usada y la guardaban en un cajón, para después volver a saborearla cuando un tiempo después le saliese moho. Para la tiktoker, esta es una tradición de lo más habitual entre los niños, y no se acaba de creer que ninguno de sus cientos de miles de seguidores probase cuando era pequeño esta plastilina sobada de varias semanas de antigüedad.
Sobra decir que la mayoría de las personas que se han cruzado con este vídeo de Natalia han sentido un asco absoluto ante la descripción de esta costumbre infantil tan extraña. Poca duda cabe de que no es, ni mucho menos, algo recomendable para ningún niño: aunque las marcas produzcan su plastilina para que no sea tóxica en caso de que algún niño la ingiera, eso no significa que guardarla y lamerla de vez en cuando sea una buena idea. Esas "cositas blancas" de las que habla Natalia eran muy probablemente moho, y el sabor salado que menciona se debía a los microorganismos que en esa plastilina crecían. ¡Al menos queda claro que la tiktoker no ha sufrido ninguna consecuencia grave por disfrutar de este manjar tan a menudo durante su infancia!