ACABA MAL
Esta tuitera ha sorprendido a las redes al contar la historia de cómo, lo que parecía una bonita historia de amor, terminó torciéndose cuando el chico despareció sin decirle nada, algo que después descubrió que se debía a que le habían metido en la cárcel.
Cuando uno se crushea de alguien a quien apenas conoce, siempre se lo imagina de la mejor forma posible, por lo que crea la mejor versión posible de esta persona en su cabeza. Pero, pese a ello, la realidad es que uno no sabe cómo puede llegar a ser realmente la personalidad de este crush, motivo por el que muchas veces terminan sorprendiéndoles para mal. Y, aunque este tipo de decepciones no suelen ser un gran problema, porque puede llegar a gustarles también la personalidad real de este crush, hay otro tipo de situaciones que no son tan sencillas de arreglar, como es la que le tocó vivir a la tuitera ChimmyKai.
Porque, tal y como ha compartido esta chica, ella se pilló de un chico que siempre iba a la tienda en la que trabaja, una historia que parecía avanzar muy bien, pero que terminó acabando de la peor forma posible. Ya que, aunque el chico tonteaba con ella y estuvo yendo todos los días a hablar con ella durante mucho tiempo, un día desapareció sin dejar rastro, algo que ella al principio pensaba que se debía a que estaba de exámenes, pero que terminó descubriendo que era porque estaba en la cárcel.
Esto es algo que le reveló la hermana de este chico, a quien corrió a preguntarle por él después de no haberla visto durante un tiempo. Al parecer, el chico estaba acusado de homicidio por una "pelea de bandas" que hubo en su pueblo, algo por lo que terminaron dejándole libre porque le declararon inocente. Además, la tuitera ha confesado que, después de que le soltaran, él fue a hablar con ella para explicarle lo sucedido y disculparse. Pero, como era de esperar, la tuitera ya había perdido el interés romántico por él. Aun así, parece que todo sigue bien entre ellos, ya que la chica asegura que siguen hablando de vez en cuando y han terminado como amigos. Sin duda, uno no sabe con qué puede sorprenderle la vida.