Visita a su novio por sorpresa y la reacción de él y de la chica que tiene al lado levantan sospechas
El Manitas de las mascarillas
El expresentador de Art Attack vuelve a demostrar su ingenio con las manualidades de andar por casa, dando una solución muy sencilla al problema de dónde dejamos la mascarilla cuando tengamos que quitárnosla.
Jordi Cruz, alias "el bueno" para no confundirle con otro presentador de televisión de personalidad implacable, ha pasado a la memoria de infinidad de chavales como el presentador del Club Megatrix, ahora es presentador de radio e incluso ha llegado a doblar a Fred Weasley en la versión española de Harry Potter. Pero si tiene un papel que no se va a quitar nunca de encima es el de estrenar Art Attack en nuestro país.
El programa de manualidades recorrió varias cadenas y tuvo varios presentadores, pero la del catalán es sin duda la cara más recordada por los espectadores por su naturalidad y simpatía. Ibai, sin ir más lejos, guarda un gran recuerdo de aquel programa y no ha podido evitar su momento fanboy cada vez que se ha cruzado con él.
El caso es que Jordi, en su nueva faceta de influencer mañoso, está como todos usando su mascarilla y ya que sigue acudiendo a su trabajo como locutor en la radio, él más que nadie sabe lo incómodo que es tener que buscar un sitio para dejarla. Pero como él también es el discípulo de El Manitas, algo de maña e imaginación todavía le queda.
Reconoce que quizá no sea la mejor solución, pero él le ha puesto una cadenita ("de las que se usan en la bañera o el lavabo") y la ha unido a la parte elástica de su protector facial. Se queda así colgando, sin tener que buscar un hueco o dejarla sobre un superficie.
Su idea ha despertado la creatividad de muchos de sus seguidores, aportando sus particulares soluciones al dilema mascaril, pero sin duda los que más gracia tienen son los que destacan los buen tío que es Jordi y sus inventos.
Hay sin embargo gente que ensucia (sin mala intención) el espíritu de tantos años de manualidades, proponiendo que se compre un portamascarillas. Será higiénico y hasta práctico pero... ¿dónde queda eso de hacerse uno mismo las cosas?
La idea de Jordi es digna de la Palmera o el Cabezón de Art Attack. Solo queda buscar un sustituto a la cadenita de la bañera, algo que seguro no le iba a costar mucho imaginar.