INFLUENCER AL NATURAL
La estilista extremeña nos hipnotiza al teléfono con una naturalidad que le ha valido el éxito en redes sociales. Ojito con ella.
No se puede ser más espontánea que Rossy: "He vuelto a subir el vídeo de los shoshos atocinaos y no me había enterado que era viral". Es, con mucha amabilidad y cachondeo, la respuesta que hemos tenido después de llamar a su peluquería cuando hemos visto que de nuevo estaba en boca de todos. "200.000 visitas, toma ya", se sorprende mientras comprueba el móvil.
Hablamos, claro, de Rossy Stylo, una de las influencers más involuntarias del panorama gracias a la más difícil de las poses: ser natural. "Yo no tengo un personaje, lo mío es naturalidad", nos cuenta cuando le preguntamos si su oficio le ha ayudado a eso de entretener a la gente. "No me ha ayudado, yo soy así".
Donde sí nota la popularidad es en el negocio, una "peluquerida" que tiene en Mérida y desde la que graba muchos de sus clips. Como se nota que sabe de su oficio, le llegan muchas preguntas de estilismos y cuidado capilar, precisamente el tema que toca, con su inconfundible acento, el vídeo que se ha vuelto a popularizar.
"A ver, yo hablo mal a propósito, exagero, hago parodias y me río, pero es que me gusta", dice, y recuerda que si se metió a influencer (esto lo decimos nosotros, no ella) fue gracias a esa campechanía. Con ella ha convencido a unos redondos 200.000 seguidores, y camino de los cinco millones de likes en TikTok.
"No te creas que sé mucho de redes sociales, a YouTube no le hago ni caso", dice, y se nota que lo primero es su trabajo, y lo demás es cachondeo que se puede tomar muy en serio. "Yo me hice famosa con el alegato en defensa del colectivo gay", explica, en un corto que subió reflexionando sobre una disputa con una clienta. Mirando a cámara y muy indignada su "amor con locura a los maricones, ¡a todos!". Al final, un muy sensato "Le he cortado el rollo a la señora, por supuesto".
La conversación que hemos tenido con ella no daba para mucho porque nos ha dado la sensación que estaba ocupada, pero la sonrisa y el salero se le notaba hasta por el auricular: "Mírate mis otros vídeos, tengo algunos buenísimos". Y lo decía sin acordarse de que ya es lo bastante famosa, y carismática, para que ya fuéramos fans. Más concretamente, peluqueridos.