NO HAY CONSUELO
Un vídeo grabado a la salida del examen de matemáticas de la Selectividad se ha hecho viral en TikTok, mostrando a varias chicas visiblemente afectadas por la dificultad de la prueba. Las imágenes, con una mezcla de angustia, frustración y lágrimas, han desatado un intenso debate sobre la presión académica y la empatía.
La Selectividad, o EBAU, es uno de los momentos más determinantes para miles de estudiantes en España. Durante tres días, se juegan la entrada a la universidad en un puñado de exámenes que marcan el final de una etapa y el inicio de otra. No es de extrañar que, tras meses de preparación, el nivel de ansiedad sea alto. Lo que no todos esperaban es que un vídeo captando el desahogo emocional tras una prueba se convirtiera en uno de los contenidos más comentados de la semana.
En las imágenes, grabadas justo a la salida del examen de matemáticas, se ve a un grupo de chicas llorando desconsoladamente. Una de ellas incluso se sienta en el suelo, superada por el momento. Entre lágrimas, una exclama que "decían que iba a ser fácil", visiblemente decepcionada con el resultado de la prueba. Otra lanza un desesperado "no puedo más", que ha resonado entre muchos jóvenes que se han sentido identificados con la presión que implica jugarse el futuro académico en un examen.
El vídeo ha corrido como la pólvora en redes sociales, acumulando millones de visualizaciones y una avalancha de comentarios. Las reacciones, como suele ocurrir en estos casos, han sido mixtas. Hay quienes han criticado la reacción de las chicas, tachándolas de exageradas o dramáticas. Otros han aprovechado para reflexionar sobre las diferencias generacionales a la hora de afrontar la frustración, e incluso se han burlado con comentarios como que "si esto les parece duro, que esperen a enfrentarse al mundo laboral".
Sin embargo, también han sido muchas las voces que han defendido el derecho a sentirse desbordado ante una situación que, para los estudiantes, es determinante. Numerosos usuarios han recordado que cada etapa vital tiene sus propios retos y que minimizar los sentimientos ajenos con una mirada adulta no ayuda, sino que invisibiliza la carga emocional que muchos adolescentes soportan en silencio.
Más allá del debate generado, lo que evidencia este fenómeno viral es la necesidad de seguir hablando de salud mental, especialmente en contextos de alta exigencia como los exámenes de acceso a la universidad. La viralidad del vídeo ha hecho de altavoz para recordar que detrás de las cifras de aprobados y suspensos hay jóvenes que, muchas veces en silencio, viven estos días como un auténtico desafío personal.
Sea cual sea el resultado de estas alumnas, han puesto sobre la mesa un asunto que no puede seguir siendo ignorado: la presión académica en la adolescencia es real, y las reacciones emocionales ante ella no deberían ser motivo de burla, sino de comprensión.