EL JUEGO DEL PULPO
En los patios de recreo solíamos jugar a todo tipo de juegos más allá de los deportivos. El pilla-pilla o el escondite eran los reyes en estas cuestiones, aunque este último puede alcanzar niveles nunca antes soñados, como ocurrió en este juego viral en un colegio.
Los juegos grupales eran algo que nos podían ocupar horas y horas en nuestra infancia. Con el pilla-pilla seguíamos a la gente a lo largo y ancho de los parques y piscinas. Con el escondite demostrábamos nuestra capacidad para el sigilo, así como nuestro conocimiento tanto del entorno como de nuestros amigos. En sus distintas variantes, el escondite inglés podía ser un reto de velocidad y reacción. Pero lo que tenemos claro es que es muy poco probable que nadie que esté leyendo estas líneas haya participado en un juego del escondite de tal magnitud que se volvió, inevitablemente, viral.
El suceso aconteció en un colegio. Ocho maestros del escondite exploraron el terreno y llegaron a ideas muy particulares sobre cómo camuflarse con un entorno que les era desconocido. Los hay que se camuflaron bajo un montón de cuerdas, los hay que derribaron paredes para esconderse en ellas, los hay incluso que se sumergieron en el fondo de la piscina, utilizando la transparencia del agua para ser invisibles. Todos estos trucos demostraron un gran ingenio, aunque es justo reconocer que es algo imposible de practicar cuando eres un niño. No obstante, el trabajo de los infantes no era esconderse, sino encontrar a sus rivales.
La cacería comenzaba en masa, con todos los alumnos explorando todos los rincones posibles. Los había que se acercaban mucho a los maestros, así que era inevitable acabar encontrándolos. Porque, como decimos, el conocimiento del entorno es esencial en esta actividad. Si notas una pared diferente, una máquina movida o un grupo extra de impresoras… Bueno, sabes que algo está mal. Luego es solo cuestión de trastear y trastear hasta abrir las puertas secretas y pillar in fraganti a todos esos maestros del escondite. El resultado final es fascinante pero, sobre todo, una serie de recuerdos tan divertidos como virales.