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"Quédate con quien te presuma como mi abuelo a mi abuela", escribió @CarlotaSwaggy en Twitter.
Esta es una historia de amor verdadero y eterno como pocas hemos visto en redes sociales. Una de esas historias que resisten el paso del tiempo y que te hacen tener fe en el amor y en la humanidad en general.
Fue la usuaria de Twitter @carlotaswaggy la que compartió la historia de sus abuelos sin saber que acabaría volviéndose viral y reventando Twitter.
"Quédate con quien te presuma como mi abuelo a mi abuela", escribió Carlota junto a unos pantallazos del grupo familiar de WhatsApp. En ellos se ven las fotos que su abuelo Pedro comparte de su abuela y los geniales mensajes que escribe presumiendo de ella y de lo guapa que es.
Posteriormente, visto el éxito del tuit que había superado los 250.000 'me gusta', la joven quiso ampliar la historia publicando otras imágenes de sus abuelos abrazándose, besándose y acariciándose. Además de compartir una imagen en blanco y negro de su boda.
Por último Carlota compartió este poema que su abuelo le escribió a su abuela:
Qué suerte haber nacido en Puerto Serrano.
¡Qué suerte, qué suerte tengo!
Cuando nos conocimos...
yo tenía un pantalón corto, azul con peto
y tú una batita rosa
con una cinta blanca en el pelo
Yo, con unas alpargatas blancos
con un ‘rajón’ en el dedo,
y tú con ‘zapatitos’ de charol
que me veía la cara en ellos
¡Qué suerte, qué suerte tengo!
Yo corría tras de ti
más que un galgo tras la liebre,
y tú me dabas esquinazos
día tras día, meses tras meses,
pero yo sabía que esperar... la niña
de mis amores bien lo merece.
Yo tenía el pelo corto
y tú una mata de pelo
que se paraban las gentes
para ver tu pelo negro.
¡Qué suerte, qué suerte tengo!
Así pasaban los días,
así transcurría el tiempo,
tardé mucho en conquistarte,
muchos veranos e inviernos.
A mí me creció la barba
a ti unos grandes ojos negros
eras la más bonita
de todas las mozas del pueblo.
¡Qué suerte, qué suerte tengo!
No pasaba un solo día sin verte
si quería seguir viviendo
Tus ojos me daban vida
y tu cuerpo mi alimento
y así iba pasando el tiempo
¡Qué suerte, qué suerte tengo!
Y me distes el primer beso
los ojos se te cerraron
de vergüenza y de rubor.
qué fuerza tienen tus ojos
que hasta el cielo se nubló
Llegaron momentos muy duros
a mí me llevaron a África
tú, te desterraste sola
en un cortijo perdido
entre toros y chaparros
entre cochinos y olivos.
Nunca me dieron permiso
casi dos años sin verte,
no merezco tal castigo.
Esperaba tus cartas
como un soplo de aire fino,
tus cartas me daban fuerza
para sostenerme vivo.
Pero me esperabas tú
lo que más quiero
lo que yo siempre he querido
por tu amor yo sigo vivo.
¡Qué suerte, qué suerte tengo!
De haber nacido en tu pueblo,
en tu pueblo... que es el mío
de ver amanecer el día
... y el haberte conocido.
¡Qué suerte, qué suerte tengo!
Una relación de amor puro que derretira el corazón de todo el que vea las imágenes.