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Un tuit de @Flintstone__ ha revolucionado las redes sociales contando la historia de cómo su hijo de 10 años eligió una camiseta rosa y la dependienta le dijo que era de niña. La respuesta del pequeño no se la van a esperar.
La sociedad sigue avanzando y rompiendo antiguos estereotipos, pero aún hay quienes parecen atrapados en el pasado. Aunque la idea de que hay cosas exclusivas para niños y cosas exclusivas para niñas debería ser cosa del paleolítico, la realidad nos muestra que no todos han superado esas ideas. Una usuaria de Twitter/X compartió una anécdota que dejó boquiabiertos a los usuarios, evidenciando que todavía queda mucho camino por recorrer.
@Flintstone__ cuenta que fue a comprar ropa con su hijo de diez años. Entre todas las camisetas de diferentes colores y formas el niño eligió de manera inocente la rosa porque era la que él quería. La dependienta, por lo visto no le gustó mucho la idea de que escogiese esa, y con un desafortunado comentario dijo: "esas camisetas son para niñas". La respuesta del pequeño de 10 años fue tan simple como contundente: "Da igual, las camisetas no lo saben".
La publicación rápidamente se viralizó, acumulando miles de likes y retuits, y provocando una oleada de comentarios que aplaudían la actitud del niño. Muchos usuarios como @bloodinthewine_ expresaron su incredulidad sobre cómo en pleno siglo XXI todavía se insiste en asignar géneros a los colores: "Se me hace surrealista que todavía se hable de 'colores para nena' y 'colores para nene'".
Otro usuario, @horadeguantazos, compartió una anécdota similar desde su experiencia trabajando en una tienda: "El otro día llega una señora con sus dos hijos a comprarles una botella para el cole, y la niña quiere una de Hot Wheels. La madre se la coge, se la da al niño y viene y me pregunta, '¿tenéis botellas de niñas?'". Dejando claro que hay gente que todavía vive anclada al pasado.
Pero no todo es negativo en esta historia porque demuestra que los más pequeños tienen otra percepción de género. Mientras que muchas personas aún se aferran a las normas tradicionales, las nuevas generaciones parecen estar más dispuestas a desafiar y derribar estas barreras.
La lección es clara: el género no define lo que podemos o no podemos hacer o elegir, y es hora de que el mundo entero lo entienda.