¿SANACIÓN O TONTERÍA?
TikTok vuelve a sorprender con un nuevo fenómeno viral: el llamado reto de los 15 minutos sin hacer nada. Miles de usuarios, especialmente de la Generación Z, están grabándose mientras permanecen en silencio absoluto, sin móvil, música ni distracciones, como una forma de sanación o desconexión mental. El debate en redes no se ha hecho esperar.
En los últimos días, TikTok se ha llenado de vídeos que muestran a usuarios sentados, inmóviles y en silencio durante 15 minutos. Sin mirar el teléfono, sin encender la televisión, sin música de fondo y sin comer. El reto, conocido popularmente como "raw dogging boredom" (algo así como "enfrentarse al aburrimiento en crudo"), promete ser un ejercicio de desconexión total en una era dominada por el ruido digital.
La tendencia se presenta como una especie de "castigo autoimpuesto" o "tiempo muerto" con fines terapéuticos. En inglés, algunos lo han bautizado como "time-out healing", es decir, ponerse en "modo descanso" para sanar. En palabras de un usuario en X (antiguo Twitter): "La Generación Z se está poniendo en tiempo muerto… y lo llama sanación".
El funcionamiento es tan simple como su descripción: sentarse y no hacer absolutamente nada durante un cuarto de hora. Aunque muchos vídeos acumulan millones de visualizaciones, el reto ha generado opiniones divididas. "¿Es la tendencia más absurda o la más inteligente que hemos visto en años?", escribía otro usuario, reflejando el debate generalizado.
Para algunos, se trata simplemente de una reinvención moderna de la meditación, adaptada al lenguaje y los códigos de TikTok. "Hacer un rebranding de la meditación es una locura", ironizaba un usuario. Otros, en cambio, señalan la aparente contradicción del reto: "Está literalmente grabándose para subirlo a TikTok, ¿cómo puede ser eso desconectarse?".
Aun así, el éxito del desafío pone de relieve una inquietud generacional: la búsqueda de calma en un entorno saturado de estímulos. En un espacio virtual donde el contenido nunca se detiene, sentarse en silencio durante 15 minutos se ha convertido, paradójicamente, en un acto revolucionario.
El reto, mitad broma y mitad terapia, podría no ser más que una moda pasajera, pero refleja una tendencia clara: incluso en la era digital, el silencio empieza a cotizar alto.