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CURIOSO
Todos los que hemos crecido en los años 70, 80 y 90 lo recordamos. En nuestra casa o en casa de nuestras abuelas había una caja de galletas danesas, generalmente azul, que si la abrías no tenía galletas sino hilos y cosas de coser.
Aquellos tiempos en que la mayoría de las mujeres eran amas de casa y sólo se dedicaban a criar a sus hijos, cocinar, limpiar y coser por suerte están quedando atrás. Para esas madres y abuelas estas icónicas cajas de galletas eran un increíble dos en uno.
Podías comerte unas deliciosas galletas de mantequilla y tenías un lugar idoneo para guardar hilos, botones, cosas de costura y cualquier cosa pequeña que quisieras.
Yo mismo recuerdo comer de pequeño estas deliciosas galletas y recuerdo también como tanto mi abuela como mi madre usaban la caja azul para guardar parte de sus cosas de coser.
Gracias a un post de Reddit de 2012 descubrimos por accidente que personas de todos los continentes han sufrido la decepción de abrir una caja de galletas sólo para encontrar agujas e hilo para bordar.
Esto es algo que no sólo sucedía en España si no en todo el mundo. Dinamarca, Estados Unidos, Filipinas, India, Canadá, Tailandia, Finlandia, Latvia, Rumania, Sri Lanka, Alemania, Grecia, Australia, Suecia, Rusia, Israel, Pakistán... ¡La lista es intermibable!
El principal culpable de este curioso fenómeno lo encontramos en la marca Royal Dansk y sus galletas de mantequilla.
Esta es la respuesta a este inquietante misterio de nuestra infancia. Antiguamente las galletas no se vendían en cajas metálicas para nada. Lo común era comprarlas sueltas en la tienda, en bolsas de papel o ya más modernamente en cajas de cartón o de plástico.
La marca de galletas Royal Dansk se estableció en 1966 y nada más nacer ya empaquetaba sus galletas en está distintiva caja azul de metal para que estuvieran frescas más tiempo. Se volvieron muy famosos y eran una de las pocas marcas de galletas que vendían su producto en cajas metálicas.
Las cajas de metal eran bonitas y de alta calidad y la compañía lanzó varios modelos que la gente empezó a coleccionar.
"Desde el principio fue uno de los productos gastronómicos que más exportaba Dinamarca, así que se ideó el formato de lata redonda para mantener su frescura y evitar que se rompieran en sus largos viajes por el mundo", explicó en 2017 un portavoz de la compañía Kelsen a Verne.
En muchas casas reutilizaron estas cajas de metal para guardar el material de costura que no tenían dónde guardar. Era una situación en la que las madres y abuelas, tan ahorradoras y apañadas, salían ganando por las dos partes. De la que compraban unas deliciosas galletas se llevaban de regalo una caja perfecta para guardar los hilos y las agujas.
La compañía Royal Dansk se inició en 1966 en Helsingør, Dinamarca. En 1990 se fusionó con otra empresa de galletas, Kjeldsen, cuyas galletas de mantequilla son particularmente conocidas en Hong Kong y China. La fusión formó la empresa Kelsen que fue adquirida por Campbell en 2013, y luego vendida al fabricante italiano Ferrero en 2019 por 300 millones de dolares.
A pesar de los cambios las galletas se siguen produciendo y vendiendo con el nombre de "Danish Butter Cookies" en la icónica lata de metal azul. Además toavía muchos modelos de lata azul siguen mostrando la bucólica imagen de la centenaria granja de Hjemstavnsgaard, localizada en la isla danesa de Funen.
Las galletas danesas, conocidas también como Brysslkex, butter cookies, galletas de mantequilla o sablès, son galletas preparadas con mantequilla, harina y azúcar. A menudo son clasificadas como "galleta crujiente" debido a su textura, causado en parte a la cantidad de mantequilla y azúcar. En general, es necesario enfriar la masa para permitir una adecuada manipulación y procesamiento.
Existen cinco tipos de estas deliciosas gallegas. Una con forma de herradura, una recubierta de azucar con forma de lazo, una rectangular también recubierta de azucar, una redonda de coco y otra redonda con rayas. ¿Cuál era tu favorita?