CURIOSO
El concepto de pretty privilege señala que las personas consideradas atractivas suelen disfrutar de ventajas en diferentes ámbitos de la vida, desde el trabajo hasta las relaciones sociales. Esta forma de privilegio está relacionada con los estándares de belleza, que a menudo favorecen a quienes cumplen con ciertos ideales estéticos.
El pretty privilege es un fenómeno que cada vez tiene más visibilidad, sobre todo en redes sociales. Se refiere a los privilegios o beneficios que experimentan las personas consideradas atractivas según los estándares de belleza. Este concepto pone de relieve que, en una sociedad superficial y materialista, la apariencia física puede abrir puertas y proporcionar ventajas en situaciones cotidianas, profesionales y sociales.
Según los estudios, las personas que se benefician de este privilegio suelen ajustarse a características físicas como ser delgadas, jóvenes, de tez clara y sin discapacidades. Cumplir con estos cánones puede significar más oportunidades laborales, mejores relaciones románticas, e incluso indulgencia social ante ciertos comportamientos. Un ejemplo de ello fue el caso del preso más guapo del mundo, cuya popularidad creció únicamente por su apariencia física.
Además de ventajas visibles, como recibir un trato más amable o beneficios sutiles (un café gratis o pasar por alto las filas), se ha demostrado que las personas atractivas son percibidas como más inteligentes, sociables y exitosas. En plataformas como TikTok, el hashtag #prettyprivilege acumula millones de visitas, con usuarios compartiendo experiencias que demuestran cómo la belleza afecta la forma en que son tratados.
Sin embargo, esta ventaja social no es solo una cuestión de autoestima o confianza. Es un reflejo de cómo la sociedad sigue valorando la apariencia física por encima de otros aspectos como las habilidades o los méritos. Por ello, algunas empresas han propuesto medidas para combatir esta discriminación, como eliminar la foto de los currículums.
Aunque los cánones de belleza están cambiando, sigue habiendo una gran presión sobre las personas para que cumplan con ciertos estándares estéticos. El pretty privilege se ha convertido en un arma de doble filo: mientras unos disfrutan de sus beneficios, otros luchan por ser valorados más allá de su aspecto físico.