¿ES REAL?
Dolor abdominal, hinchazón, gases o diarrea son algunos de los síntomas que han llevado a muchas personas —especialmente jóvenes— a pensar que sufren SIBO. Sin embargo, médicos advierten que este trastorno está siendo sobrediagnosticado, en parte por la creciente popularidad que ha adquirido en redes sociales.
El SIBO, acrónimo de "sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado", es un trastorno que, en teoría, se produce cuando bacterias que normalmente habitan en otras partes del sistema digestivo colonizan el intestino delgado. Esto puede alterar la digestión y provocar síntomas como dolor, hinchazón, diarrea, fatiga o malnutrición. A pesar de tratarse de una afección real y reconocida por la medicina, en los últimos años se ha observado un aumento llamativo en el número de diagnósticos —algunos, según los expertos, sin suficiente base clínica—.
Buena parte de este fenómeno se debe a la difusión del término en redes sociales, donde influencers (en nuestro país, por ejemplo, es paradigmático el caso de Borja, amigo de Plex) y divulgadores comparten sus experiencias personales con el SIBO, sus dietas restrictivas y sus tratamientos. Esta visibilidad ha provocado que muchas personas con síntomas inespecíficos lleguen a sus consultas convencidas de padecer esta patología. No obstante, médicos digestivos insisten en la necesidad de realizar pruebas específicas y descartar otras causas antes de confirmar el diagnóstico.
El SIBO se diagnostica, en general, a través de un test de aliento que mide la concentración de gases producidos por las bacterias al fermentar ciertos azúcares. Pero esta prueba, aunque sencilla, no es infalible. Su interpretación puede dar lugar a falsos positivos, y no todos los pacientes con síntomas digestivos y resultados alterados tienen necesariamente un sobrecrecimiento bacteriano patológico.
Los expertos advierten, además, sobre el riesgo de tratamientos innecesarios, como ciclos repetidos de antibióticos o dietas extremadamente restrictivas, que pueden empeorar la calidad de vida y generar nuevas alteraciones en el equilibrio intestinal. También recuerdan que los síntomas del SIBO pueden solaparse con otros trastornos digestivos más frecuentes, como el síndrome de intestino irritable, la celiaquía o la intolerancia a la lactosa.
En este contexto, la recomendación médica es clara: acudir a profesionales cualificados, evitar la autodiagnosis y no dejarse llevar por soluciones rápidas o virales. Porque en cuestiones de salud, lo que se ve en redes no siempre es lo que parece.