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Violencia de género 'cosplayer'
Con la excusa de andar disfrazada y fingir un papel, la cosplayer publica un tuit muy subido de tono que le ha costado una cancelación en toda regla (otra más) dentro de Twitter.
Pasar desapercibido en Twitter es un fracaso para cualquier aspirante a influencer. Hay gente que destaca en esa red gracias a su ingenio, mientras que otros lo hacen por poner de mal genio a millones de personas. Es el caso de Belle Delphine.
Polémica por vocación, la cosplayer saltó a la fama vendiendo "agua de chica gamer" que supuestamente había pasado por su cuerpo a, ojo, 25 dólares el tarrito pequeño. Lo mismo que un champán del caro, pese a que algunos compradores no detectaron rastros orgánicos en el líquido después de analizarlo al microscopio. Un timo, vaya.
Eso fue en verano de 2019, el recuerdo de una aficionada a los disfraces que todavía no estaba completamente pirada pero de lo que no quedan registros. Borró todas sus publicaciones hasta el inicio de la pandemia, y la anécdota del agua es completamente inofensiva en comparación con otras 'hazañas'.
En YouTube tiene dos millones de seguidores con solo dos vídeos subidos, ambos clasificados por la plataforma como "potencialmente inadecuado para algunos usuarios". Y normal que los etiquete así.
Uno es una canción reivindicativa donde se ríe de sus haters, otro es su anuncio de que iba a meterse a actriz porno. Sin contar que le retiraron un tercer clip donde anunciaba condones de marca propia, muy a su estilo.
La promesa erótica la ha cumplido con unas desagradables imágenes donde ilustra su "cita ideal": maniatada, secuestrada y violada en un bosque. O lo que es lo mismo: una sobrada inaceptable en los tiempos que corren.
No sería raro que cerrasen la cuenta de la cosplayer, porque si bien Twitter permite subir imágenes crudas a su plataforma, requiere un filtro advirtiendo del contenido que en el caso de la cosplayer brilla por su ausencia.
Las fotos en la cuenta original -que no ponemos por vergüenza ajena- llevan 60.000 likes, infinitamente menos que los memes, comentarios cancelándola y reacciones de sorpresa ante la barbaridad inexplicable de la provocadora cosplayer.
Bueno, sí tiene una explicación: querer notoriedad. "¿Creíais que había muerto?", dice en su canción de YouTube, "Pues aquí estoy, perras". Pero al contrario de lo que dicen algunos, sí existe la mala publicidad. Y dura para siempre.