MAD COOL 2025
Sólo 49.000 personas estuvieron en la segunda jornada del Mad Cool generando un ambiente fluido maravilloso en el que enamoraron Benson Boone y Alanis Morissette mientras que Noah Kahan y Nine Inch Nails triunfaron entre sus fieles.
Dos días consecutivos por debajo de los 50.000 asistentes hacen que esta edición del Mad Cool 2025 —dejando de lado los problemas técnicos del primer día— esté siendo una de las más cómodas y disfrutables que se recuerdan.
En esta segunda jornada, Benson Boone y Alanis Morissette brillaron con luz propia, Noah Kahan conectó profundamente con su público, y Nine Inch Nails cerraron con intensidad una jornada repleta de propuestas interesantes, en la que también destacaron Foster The People, Kaiser Chiefs, Future Islands o Alcalá Norte.
Con solo dos discos publicados y una de las canciones más escuchadas de los últimos años, Benson Boone demostró sobre el escenario que su carrera va tan lanzada como sus saltos. Tiene algo de Queen en su propuesta: grandilocuencia, emoción y espectáculo. No sería raro verle en unos años encabezando el festival o llenando estadios en España.
Su concierto fue breve pero intenso: 13 canciones en una hora bastaron para enamorar, emocionar y levantar al público con un sonido de rock de estadios que recuerda a los años 80, con ecos de Toto o, nuevamente, Queen. Aunque hay distancia entre Benson y Freddie, también hay puntos en común: una presencia escénica magnética y un show cargado de energía.
No paró de moverse, saltar, dar volteretas, sentarse al piano, hablar con el público y compartir las historias detrás de sus canciones. Hubo una dedicada a su madre (Momma Song), otra para su padre (Mr. Electric Blue) —ambos presentes en el concierto—, y la más emotiva, sin duda, fue In The Stars, dedicada a su abuela.
Hizo bailar a todos con Mystical Magical, emocionó con Cry y cerró de forma épica con Beautiful Things. Un espectáculo completo de una estrella en ascenso.
Para mí, el mejor concierto de la jornada fue el de Alanis Morissette. Con la puesta de sol como telón de fondo, ofreció un show lleno de nostalgia y buenas vibraciones. Repasó gran parte de su carrera, centrando el repertorio en Jagged Little Pill, ese disco icónico que vendió más de 33 millones de copias en los años 90.
El público coreó con entusiasmo temas como All I Really Want, Hand In My Pocket, Head Over Feet, Right Through You, You Learn, You Oughta Know e Ironic. Alanis demostró que su música es atemporal y que tiene una colección de temazos incontestable a la altura de los más grandes.
Cerró con Thank You, dejando al público con una sonrisa y la sensación de haber vivido algo único. Hacía 17 años que no actuaba en Madrid, y la magia especial que solo tienen ciertos conciertos estuvo presente de principio a fin.
Después de Alanis, el ritmo de la jornada fue decayendo para mí, que fui saltando de un escenario a otro. Vi casi entero el concierto de Jet, que no lograron estar a la altura del escenario y la hora que les tocó. A pesar de seguir sumando más de siete millones de oyentes mensuales en Spotify, gran parte del interés del público se concentró en su clásico Are You Gonna Be My Girl.
Después, tocaba elegir entre el folk-pop emocional de Noah Kahan —con una conexión impresionante con sus seguidores— y los ya conocidos Kaiser Chiefs, a quienes he visto dos veces y que siempre funcionan en directo. De ellos disfruté temas potentes como I Predict A Riot, Reasons to Stay Alive y The Angry Mob.
El gran cierre de la noche lo protagonizaron Nine Inch Nails. Su concierto fue uno de los momentos más intensos del día. Muchos aún tenían grabado en la memoria el mítico show que dieron en Mad Cool 2018, y aunque esta vez no me metí tan de lleno como entonces, la energía que desplegaron Trent Reznor y los suyos en el escenario Region of Madrid fue brutal. El público enloqueció con clásicos como Piggy, Closer y Hurt.
Una jornada muy cómoda, sin fallos técnicos, de la que me guardo para siempre ese concierto de Alanis Morissette en el que parecía flotar sobre el escenario.