MUCHO PUNCH
El artista madrileño y exboxeador accedió a la insólita petición de un seguidor que terminó en el suelo. El vídeo, que ya es viral, desata comentarios sobre los riesgos de esta peligrosa tendencia.
Omar Montes, conocido por su éxito en la música y su pasado como campeón de España de boxeo en peso Welter, ha protagonizado una escena que ha dado mucho de qué hablar en redes sociales. Un fan se acercó al cantante durante un evento para pedirle algo tan insólito como arriesgado: que le propinase un golpe directo al hígado con toda su fuerza.
El madrileño, inicialmente incrédulo, reaccionó abriendo las manos y mostrando cierto asombro ante la solicitud. Sin embargo, tras unos momentos, aceptó el reto. Lo que siguió fue un puñetazo contundente que dejó al seguidor tirado en el suelo, retorciéndose de dolor mientras Omar, sereno y consciente de lo ocurrido, miraba a cámara y sonreía.
El vídeo del momento no tardó en viralizarse en las redes sociales, donde la temeridad del fan y el poder del golpe generaron un sinfín de comentarios. Muchos usuarios cuestionaron la sensatez de la petición y señalaron los riesgos de someterse a un impacto así sin protecciones y a torso descubierto. "Un puñetazo bien dado en el hígado por parte de una persona normal ya puede ser peligroso, pedirlo a un boxeador es de locos", escribió un usuario en X. Otro apuntó: "Hay que ser inconsciente para retar así a alguien con experiencia profesional en boxeo".
Esta práctica, que ha ido ganando popularidad entre seguidores de boxeadores y luchadores, plantea serias dudas sobre los límites del fanatismo. Muchos buscan capturar en vídeo lo que consideran una "hazaña" y compartirla en redes sociales para presumir del momento, sin considerar las posibles consecuencias físicas.
En el caso de Omar Montes, el golpe fue controlado, aunque suficiente para demostrar la potencia de un deportista entrenado. "La siguiente vez se lo piensa dos veces", comentó un usuario refiriéndose al fan, que sin duda aprendió una dolorosa lección sobre los riesgos de subestimar el impacto de un verdadero golpe.