GASTOS EXTRA
Ticketmaster ha asegurado que en los conciertos de Bad Bunny en España no se utilizaron precios dinámicos, y que el coste de las entradas fue establecido previamente, sin modificaciones durante el proceso de venta.
La locura por las entradas de los conciertos de Bad Bunny en España, doce fechas repartidas entre Madrid y Barcelona, sigue generando controversia. Dos semanas después del aluvión de críticas y tras la caída de la euforia inicial, Ticketmaster ha publicado un comunicado para zanjar las polémicas y aclarar que no se aplicaron precios dinámicos en la venta.
Según la compañía, "los precios de las entradas fueron fijados de antemano y no se modificaron durante el proceso de venta". Además, subrayan que, en todos los eventos vendidos a través de su plataforma, el precio total —incluyendo tarifas— se muestra al usuario desde el inicio, incluso durante la cola virtual. “No hay tarifas ocultas”, ha afirmado Ticketmaster.
La empresa también ha celebrado la extraordinaria demanda de la gira Debí Tirar Más Fotos World Tour en nuestro país: "Con más de 600.000 entradas vendidas en un solo día para doce estadios, se batieron todos los récords de la música en directo en España. Estamos muy orgullosos de haber contribuido a acercar esta experiencia a los fans”.
En su nota, Ticketmaster ha insistido en su compromiso con la "transparencia, la protección al consumidor y una experiencia de compra justa y segura para todos". Asimismo, ha asegurado que colaborará plenamente con el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, que ha abierto una investigación sobre el proceso de venta.
La polémica comenzó con una denuncia presentada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que acusó a Ticketmaster de prácticas abusivas, tanto por los elevados gastos de gestión como por el presunto uso de precios dinámicos. Días después, el Ministerio dirigido por Pablo Bustinduy confirmó que investigaría a “una gran empresa gestora de entradas” por posibles irregularidades en la venta online de los conciertos del artista puertorriqueño.
Aunque Ticketmaster defiende haber cumplido con la normativa y asegura que no hubo irregularidades, la investigación sigue abierta y muchos fans continúan indignados por lo que consideran una experiencia de compra frustrante y poco transparente.