RÍO DE JANEIRO
La reina del pop arrasó en Río de Janeiro al dar el concierto más multitudinario de su carrera. Madonna cantó ante una cifra récord de 1.6 millones de personas en la playa de Copacabana en el último concierto de su gira mundial Celebration de la superestrella.
Madonna ha sido conocida como la Reina del Pop a lo largo de sus cinco decadas décadas de carrera y continúa siéndolo.
La última prueba se vivió el sábado 4 de mayo cuando le recordó a todo el mundo porque es la mayor estrella al juntar una multitud récord de 1.6 millones de fanáticos para un concierto gratuito épico en la playa de Copacabana en Río de Janeiro.
No fue el concierto más multitudinario de la historia, ya que ese honor se lo lleva Rod Stewart que juntó a 3.5 millones de personas en la nochevieja de 1994 en la misma playa de Copacabana, pero si el mayor de la carrera de Madonna.
Para que nos hagamos una idea de la cantidad de gente que había en el concierto es como si toda la población de Barcelona hubiera ido al concierto o como si Madonna llenara el Santiago Bernabeu 25 veces seguidas.
En el concierto gratuito de esta artista de 65 años, la playa se transformó en una gigantesca pista de baile. Hubo una atmósfera de carnaval, al parecer sin incidentes, mientras multitudes descendían en masa para festejar sus temas icónicos, incluidos Holiday, Like A Virgin, Vogue, Express Yourself, Like A Prayer o Celebration entre otros.
La audiencia en Río superó en más de diez veces su anterior récord de asistencia de 130.000 aficionados en el Parc des Sceaux de París en 1987.
La estrella lució un traje de gato ajustado combinado con gafas de sol reflectantes y guantes a juego. En un cambio de vestuario, usó una bata de encaje roja y negra y, en un homenaje al país apasionado por el fútbol, se puso una camiseta de fútbol de Brasil con la que desató la locura colectiva.
Durante el espectáculo se unieron en el escenario invitados especiales como Diplo, Anitta, Pabllo Vittar y Bob the Drag Queen.
El concierto tuvo sus momentos emotivos cuando la estrella rindió un sentido homenaje a "todas las luces brillantes" perdidas por el SIDA cantando "Live to Tell", con una imagen en blanco y negro. Pero también tuvo sus habituales momentos controvertidos, incluido agarrar y besar apasionadamente a una bailarina.
"Estamos en el lugar más hermoso del mundo", dijo Madonna a la multitud en un momento y señalando la vista del océano, las montañas y la estatua del Cristo Redentor que domina la ciudad, agregó: "Este lugar es mágico".