EN BUCLE
La canción Single Ladies es una de las más memorables de los 2000, pero está muy lejos de ser un tema complejo. Si se escucha el instrumental en solitario, queda claro que el talento de Beyoncé para dar vida a una canción es absolutamente indiscutible.
Single Ladies es, probablemente, una de las canciones más afamadas de lo que llevamos de siglo XXI. Todo el mundo la canta y la baila allí donde sea reproducida, y es capaz de levantar el ánimo en cualquier fiesta. Los primeros segundos de su instrumental son suficiente para que todos los que están aburridos en la barra se decidan a volver a la pista y darlo todo; pero, ¿alguna vez has escuchado esa canción sin la voz de Beyoncé?
No, tranquilo, no hay ningún error: el instrumental es así durante toda la canción, en bucle, sin cambiar prácticamente nada. Es la voz la que tiene todo el peso del tema, y la que es capaz de convertir un loop básico y artificial en uno de los grandes clásicos de la música dosmilera.
Es de sobra conocido que la letra y la melodía cantada de una canción son importantísimas para su éxito comercial, pero nunca ha sido tan evidente como en Single Ladies. Sin el trabajo de los liricistas, es probable que el tema nunca hubiese llegado a ningún lado, y cuesta creer que alguien se sintiese inspirado para escribir algo así a partir de un instrumental tan simple.
A todo esto hay que añadir, por supuesto, el enorme talento vocal de Beyoncé. Escribir una gran canción es solo la primera parte del trabajo: la interpretación es igual de importante. La cantante supo darle el toque que necesitaba para ser tan pegadiza, memorable y reconocible, y además supo hacer de forma casi improvisada un videoclip único y una coreografía imitada hasta la saciedad. ¡En definitiva, nadie habría dicho en un principio que este tema se convertiría en un clásico imposible de olvidar!