STREAM IRL
El creador norteamericano CashMeow capta con su cámara un ataque injustificado en territorio japonés, algo insólito en aquel país.
La imagen que te viene a la cabeza cuando piensas en streamers es la de una persona sentada delante del ordenador probando las últimas novedades videojueguiles, sin abandonar su cuarto ni ponerse en el más ligero riesgo. Pero la categoría IRL es otro rollo, y sus creadores también.
Es el caso de CashMeow, un creador de origen norteamericano que ahora mismo reside en Tokio. La capital japonesa es una fuente inagotable de frikadas, exotismo y aventuras, además de estar considerada como la ciudad más segura del mundo. Por eso una asalto en sus calles parece algo extremadamente improbable... que sin embargo sucedió.
El streamer estaba degustando un menú en la terraza un típico restaurante callejero cuando un grupo de chavales se le acercó de manera agresiva. Mientras uno le preguntaba que de dónde era, otro se bebió su agua, y un tercer implicado intentaba poner paz en el encontronazo.
Mientras uno de los asaltantes le vacilaba muy cerca de su cara, Cash quiso dejar constancia de la situación agarrando su cámara y encuadrándola para que se les viera mejor. Consciente del movimiento, un miembro del grupillo tiró del palo selfi, lo rompió y se cortó la emisión.
Tras un rato en negro, el directo volvió con CashMeow reportando los hechos a las autoridades: reconoce que no corrió peligro grave, si bien no quería que los agresores se fueran de rositas, así como dejar constancia de los daños materiales. Según palabras del streamer, y con la ayuda de su chat, hay al menos un detenido.
El caso nos recuerda a un incidente que vivió el también streamer Sherwin, cuando evitó que un repartidor de comida a domicilio fuera atracado en el centro de Londres. La comunidad se volcó entonces con el valeroso acto, igual que ha sucedido con la situación que vivió CashMeow en Tokio.
Es lo que tienen los IRL: en 'el mundo real' te puedes encontrar a enegúmenos que no solo insultan desde el anonimato, sino que el peligro es algo mucho más tangible.