El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
PAREJAS QUE SE ENAMORAN, SE CASAN GRACIAS A LA LENGUA QUE CREÓ EL DR. ZAMENHOF
“Mi padre, que trabajó de tornero, era esperantista y siempre me habló en casa en esperanto”, explica Alfons Tur i García, secretario de la Asociación Catalana de Esperanto, “así que el esperanto es mi lengua paterna”. Sabe que es un caso muy raro dentro de lo raro. Si bien hay pocas familias esperantistas, y dentro de ellas pocas que críen a sus hijos en esperanto, tener un padre que te hable en esperanto y una madre que te hable en castellano ya entra dentro de lo extraordinario. “Es una experiencia peculiar, según vas creciendo te das cuenta de que hablas con tu padre una lengua que no hablan los demás”, dice, “en mi casa, por ejemplo a la hora de las comidas, era algo completamente normal”.
El sociólogo estudioso del movimiento esperantista Xavi Alcalde conoció a su pareja dentro del movimiento esperantista, asistiendo a clases. “Nuestro caso no es el más común porque no somos una pareja internacional y en casa hablamos catalán”, dice, “si tenemos hijos creo que no les hablaremos en esperanto, que consideramos como una segunda lengua que ellos tendrán que elegir”.
La lengua del amor
Las parejas esperantistas, como cuenta Alcalde suelen formarse en congresos internacionales, sobre todo entre chicos de la Europa Occidental y chicas de la Oriental (suele haber más varones en el oeste y más mujeres en el este). Hasta existe documentación de la primera pareja esperantista, formada en 1899 por el editor sueco Valdemar Langlet (que luego salvaría a miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial) y la finlandesa Sigme Bloomberg
Tampoco es demasiado raro que dentro de la lengua del amor suceda el amor. "El esperanto sirve para hablar con gente. Cuando hablas con gente surgen relaciones amistosas. Y muchas veces relaciones que van mucho más allá", dice José Antonio Del Barrio, presidente de la Federación Española de Esperanto. Así se forman parejas esperantistas, puede que con miembros de diferentes países, en congresos o en viajes: los esperantistas se alojan unos a otros por todo el mundo formando una especie de red internacional parecida a Couchsurfing.
"Los hijos de esas parejas, además del idioma de esos estados, hablan el esperanto como una segunda lengua nativa", apunta el presidente. Es decir, niños bilingües en esperanto. “De todas maneras”, dice Alcalde, “hay gente que está en contra de que haya hablantes nativos de esperanto, porque se supone que esta es una lengua internacional en la que nadie debe tener ventaja sobre nadie”.
¿Cómo se compagina el esperanto con el catalán?
“El esperantismo siempre ha tenido relación con el catalanismo” dice Alcalde, “sobre todo por dos razones: los catalanistas siempre han comprendido la injusticia de que una lengua domine sobre otras, y por puros motivos prácticos. Por ejemplo, en 1925 se editó una antología de literatura catalana que tuvo mucho éxito a nivel internacional”. Curiosamente la vida de Pompeu Fabra y Zamenhof, inventor del esperanto, son muy similares, afirma el sociólogo.
De hecho, las ideas internacionalistas originarias del esperanto tampoco son tan inmóviles. Desde Cataluña, nos explican que allí hay algunas nuevas tendencias que pueden conjugarse con el nacionalismo o el independentismo.
"Se trata de un conflicto generacional", dice Rubén Fernández, miembro de la junta directiva de la Asociación Catalana de Esperanto, "el esperantismo antiguo pensaba que la diversidad de lenguas creaba conflicto, y además no existía una lengua hegemónica. Con la llegada del inglés, ya existe una hegemonía. Hoy se trata de cuestionarla y es compatible el esperantismo con el nacionalismo".
Eso no es todo, desde un punto de vista político: "Tenemos una lengua, el inglés, que se dice internacional, pero es una lengua para los negocios y para las élites. Y eso produce unas tiranteces que hace que el inglés, y el sistema, esté en crisis", concluye Fernández.
¿Cómo empezó el esperanto?
Hace cien años, un 14 de abril (el día que luego en España sería de la República), murió Ludwik Lejzer Zamenhof, más conocido como el Dr. Zamenhof. El oftalmólogo judío y polaco, poliglota hablante de yidish, alemán, ruso, latín, hebreo, francés, griego, inglés, entre otros, consciente en su propia piel de los conflictos entre lenguas y etnias que llevaron a la Primera Guerra Mundial, creó un idioma artificial (o diseñado) que trataba de hacer que se entendiera toda la humanidad. Aquel idioma se llamó esperanto, que significa esperanza: a veces le han llamado el idioma del amor.
El esperanto, como lengua neutra e internacional, creada a partir de las lenguas europeas y sin irregularidades que compliquen su aprendizaje, fácil de aprender, aún no han logrado su objetivo: lograr un planeta más equitativo e igualitario, al menos en lo que al idioma se refiere. Ojalá hubiera sido así. Las guerras étnicas, los conflictos, la falta de comprensión del otro continúan. Hoy en día el idioma universal es el inglés, con su carga cultural e imperialista (en opinión de los esperantistas), con sus desventajas entre pueblos, pero el esperanto también sobrevive.
Hay Wikipedia y Google Translator en esperanto, hasta se puede configurar el Facebook en esta lengua; Internet le ha dado una nueva energía, pero los que lo practican aún son pocos. Es difícil saber cuántos, entre cien mil y dos millones de personas en todo el planeta, dicen los expertos. Una horquilla inusualmente grande. "Nos es fácil calcular cuántos son los hablantes, porque hay gente que lo domina y está asociada y otros que solo lo conocen superficialmente", explica Del Barrio.
¿Por qué se hace uno esperantista en vez de apuntarse a un curso rápido de inglés?
"Es una opción ética, una decisión que uno toma por sí mismo sin importar lo que ocurra alrededor", opina Fernández, "da igual que el esperanto triunfe o fracase, es una decisión personal". Los esperantistas son pocos, es cierto, pero son muy activos. Desde la muerte de Zamnehof han ido creando una red mundial de hablantes, generado una literatura, y luchado por un mundo más justo e internacionalista.
"Es injusto que los nativos de habla inglesa tengan una ventaja sobre los demás, sin necesidad de aprender otro idioma", dice Del Barrio, "por no mencionar que buena parte de la cultura que recibimos está creada en inglés. Por ejemplo, las canciones que escuchamos en la radio. No suelen estar en francés o en chino. Si no están en español, están en inglés. Es la lengua de la potencia económica dominante".
Zamenhof no pudo imaginar, en su tiempo, que una lengua llegara a ser hegemónica globalmente, incluso entre sus enemigos, pero esta circunstancia, además, hace que los flujos de capital converjan en los países angloparlantes.
Debe de ser extraña la vivencia del esperantista, empeñado a pequeña escala en empujar contra un mundo que, a todas luces, no acompaña. "En Asturias nos reunimos semanalmente dos o tres personas, nada más", cuenta el matemático Carlos Carleos, de la Asociación Asturiana de Esperanto, "luego vienen personas interesadas por temporadas, que aprenden un poco y se van. Mi familia no habla esperanto, no me hacen mucho caso, pero al menos lo entienden cuando lo hablo".
Pero el esperanto también tiene sus satisfacciones: no es solo una lengua extremadamente minoritaria, sino también una forma de vida, una comunidad que reúne a gentes de todo el globo.
"Además de la pura práctica de la lengua", dice Fernández, "existen todo tipo de grupos de esperanto: motoristas, periodistas, músicos, homosexuales, radioaficionados, expertos en numismática...". El esperanto, como debe de ser, se extiende a todo tipo de aficiones, orientaciones o formas de estar en el mundo.
El 76º Congreso Español de Esperanto tendrá lugar del 23 al 25 de junio en Teruel. El próximo congreso universal, por las mismas fechas, se celebrará en Seúl, Corea del Sur.
A veces, sobre todo en España, de fuerte raigambre anarquista, se puede asociar esta lengua a aquellos libreros o impresores barbudos y ácratas que, a escondidas del poder, enseñaban el esperanto en las trastiendas de sus negocios. "Es cierto que hay cierta tendencia dentro del esperanto a las ideas más progresistas o igualitarias, pero no es estrictamente necesario, hay esperantistas de toda ideología", concluye Del Barrio.