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EL PERIODISTA ISMAEL LÓPEZ FAUSTE REITERA QUE EL SALÓN EDULCORA UN EVENTO ALGO OSCURO
Abre el Salón Erótico de Barcelona 2018 envuelto en el buen rollo. Después de 25 años, esta cita anual con el porno pasa por una época de enorme popularidad e imagen impoluta, porque sus spots han posicionado a la industria del porno española como un sector progresista, feminista y donde reina la libertad. Pero, ¿y si todo eso fuera pura fachada? Hablamos con el periodista y escritor Ismael López Fauste, que trabajó al otro lado del porno y tiene otra versión de lo que realmente ocurre allí. Así son las cloacas del Salón Erótico.
El porno nacional goza de buena salud. España exporta su pornografía y a sus actores. Si en los 90 teníamos a Nacho Vidal, hoy es Jordi ENP el rostro masculino más conocido del porno patrio. Y cuando una industria así tiene actores (hombres) con nombres y apellidos, y no solo actrices, es que el resto va viento en popa. Ese podría ser un indicador de que en España hay negocio, y que la industria marcha con paso firme.
Pero vivimos un tiempo distinto a todos los anteriores. El feminismo ha irrumpido cambiándolo todo y pidiendo explicaciones: pidiendo su lugar. Y el mundo del porno parece haberse visto en el brete de renovarse o morir. Los últimos spots del Salón Erótico de Barcelona son un canto a la libertad y al feminismo o a la educación sexual.
"En una sociedad sin educación sexual, el porno es tu libro de instrucciones", reza un eslógan de la promo de este año.
Rostros clave del porno nacional, como Amarna Miller o Silvia Rubí, hablan a cámara poniendo los puntos sobre las íes y nos dicen que todo el mundo consume porno, aunque lo niegue, y que ha llegado la hora del feminismo y de un porno diferente. En boca de Rubí (aunque guionizada) “basta de un porno que fabrica violadores en manada”.
Con este mensaje, el Salón Erótico de Barcelona ha conseguido meterse en el bolsillo a los medios de comunicación de todo el país, incluso a las revistas femeninas. El porno está a punto de ser admitido por los medios como una industria divertida, progresista y puede que incluso necesaria.
En este clima de porno feliz, me topo con una voz discordante, sólo una, y escribió esto en su perfil de Facebook:
“Imaginad que la organización del Salón Erótico sacase otro vídeo en el que se explicara quién financia la campaña, qué porcentaje de hombres hay detrás de ese lema de ‘mandamos nosotras’ y cuál es la vinculación con capos del porno que llevan ahí desde los 80. Imaginad que se supiera la conexión de algunos fotógrafos con agencias de modelos”.
Quien escribe estas líneas en las redes sociales es Ismael López Fauste, un periodista que fortuitamente se vio inmerso en las “cloacas” el porno. Puede que él sea sólo una voz discordante, pero probablemente sea uno de los que mejor conocen esta dimensión desconocida, la que ni los medios no se han parado a cuestionar.
Ismael López Fauste es periodista y ha trabajado como redactor, guionista y responsable de comunicación. Sin embargo, su vida se vinculó al porno cuando trabajó como redactor en la sobra de algunas estrellas del porno para las que escribió textos que ellos firmaban, en libros y artículos. De esta manera, tuvo la oportunidad de acceder a rodajes de porno y de tomar contacto con el lado más realista de sus bambalinas, y decidió contarlo en su libro, 'Escúpelo: crónicas en negro sobre el porno en España'.
Algunas figuras del porno patrio han escrito libros, artículos y diarios de rodaje, pero, probablemente, no hayan sido ellos los que redactaron cada palabra. Ese es el caso de Ismael. Él no trabajó como actor porno, pero tuvo la oportunidad de entrar en este mundo cuando le pidieron que fuera “negro literario” o como se dice en el mundo anglosajón: ghost writer.
“Escribía y la gente importante firmaba. A mí me pagaban por eso y todos felices, hasta que di el siguiente paso y empecé a visitar rodajes. No quiero ser demasiado gráfico pero vi situaciones de verdadera violencia y aprovechamiento de las chicas”, recuerda Ismael. Este fue el comienzo de su cruzada, cuando accedió al lado oculto del porno y descubrió aquello que el público desconoce.
“Estaba escribiendo columnas sobre feminismo, sobre una vida de lujos, de viajes y de sexo placentero y de repente me encuentro eso. Me sentía cómplice y me vi en la necesidad moral de contarlo”, explica, que como consecuencia de publicar en internet su experiencia en esa industria empezó a recibir amenazas de quienes le contrataron para escribir y “callar”.
A raíz de esta experiencia, Ismael se reafirmó en sus ideas, y contraatacó. Como dice el dicho “¿No quieres caldo? Pues toma dos tazas”. Así escribió 'Escúpelo', un diario contando todo lo que vivió en el mundo del porno, y lo completó con entrevistas a actrices y actores, con un objetivo claro: alimentar el espíritu crítico, para hacernos comprender que en el mundo del porno, hay luces, sombras, y zonas de oscuridad total.
“Si hubiera trabajado en la industria textil y hubiera encontrado una cara oculta, ahora estaría hablando sobre ella y no de esto. A lo que voy es que detrás de todo el humo promocional del porno, siguen existiendo coerciones (que yo mismo viví en su momento para no publicar) y una violencia real, no teórica, que las actrices menos afortunadas tienen que soportar. Eso sigue pasando, y en algunos vídeos de productoras grandes sigue mostrándose incluso como gancho. No hablo de teatrillos, hablo de agresiones reales, caras de disgusto y distintos encontronazos que en un contexto distinto nos harían llevarnos las manos a la cabeza”.
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Sobre eso mismo hablabas en tu Facebook a raíz del Salón Erótico de Barcelona, comentabas que su promo no es más que una cortina de humo para tapar comportamientos reprobables. ¿A qué te refieres concretamente?
Cuando tuve contacto con la industria del porno todo el mundo sabía de pagos en negro, de análisis de ETS que eran mentira y de chicas en situación de trata. Concretamente, hasta hace no tanto el Salón Erótico servía para distintos contactos con chicas. Tenía ahí su rama en la prostitución. Es más de lo mismo. Las cosas tienen que cambiar desde dentro si quieren vendernos activismo, ¿cuándo va a llegar el movimiento #metoo al porno? Te recuerdo que ya van unos cuantos representantes del Salón que han pisado la cárcel o tienen denuncias por violencia machista de uno u otro palo.
¿Quién financia realmente el Salón Erótico? También comentabas en tu post que estaría bien que el Salón lo explicara.
Estaría bárbaro que el Salón explicara muchas cosas. Yo estaba colaborando con el porno en las ediciones de 2014 a 2016, que fueron las más sonadas. El Salón es un evento y su empresa de publicidad lo hace muy bien porque como ves, estamos hablando de ello. Pero me gustaría que la gente se hiciera preguntas sobre esta industria. ¿Quién financia el Salón Erótico?
Sobre esta edición no lo sé, pero imagino que al igual que las anteriores, tendrá un poquito de Apricots, que es un burdel. Al menos en la edición de Patria (la del spot de Amarna Miller) fue uno de los principales promotores. La financian también todas las productoras, y ‘todas’ quiere quiere decir también las más violentas, con sus actores violentos y los representantes de todos esos problemas que aseguran querer cambiar.
Entre las malas prácticas del sector del porno en España, asocias la prostitución. ¿De verdad existen actrices porno que son prostituidas en pisos?
Existen productoras que prostituyen a actrices porno en distintas ciudades. Mira, yo este tipo de datos los recibo de las propias actrices, y no quiero meter la pata porque el caso ha sido denunciado. Si quieres una pista o historia semejante tienes lo último de Torbe, que ya está en la calle, pero no es el único que funciona de este modo. De hecho, muchas veces me pregunto hasta qué punto se usó a Torbe como cabeza de turco para que nadie se pregunte si hay más historias detrás.
Pero en principio las actrices están en esto por voluntad propia, son españolas, nadie las ha traído de países remotos engañadas, ni tienen deudas con mafias, ¿o me equivoco?
Mira, yo no he conocido a ninguna actriz porno que no se prostituya. Pero no interpretando un papel como actriz, hablo de prostitución real. En el porno, cuando una chica quiere empezar una nueva vida existe el ‘Vale, te dejo ir pero tienes que pagarme tantos miles de euros por retirar tal vídeo’. Eso es lo que me preocupa que no se cuente cuando aparece el porno como una industria progresista.