@BECARIA_
Hay que ahorrar todo lo que podamos y estos consejos son justo lo que necesitas.
Vivimos momentos económicos complicados y debemos potenciar el ahorro con diversas prácticas para poder llegar a fin de mes con lo puesto, que no es poco. La pobreza, sobre todo cuando te sientes de clase media, agudiza el ingenio, de ahí la cantidad de ideas que van surgiendo regularmente para poder seguir llevando una vida cool sin gastar un dinero que no tenemos. Hace unos meses se convirtió en tendencia el hecho de amueblar tu piso con muebles en buen estado que dejan otras personas en la basura, algo que es ecológico y barato, sobre todo cuando no tienes para comprar algo a tu gusto para tu hogar, un piso probablemente compartido ante la imposibilidad de pagar la mensualidad una persona sola. De ahí que a partir de esta circunstancia hayan nacido también nuevas fórmulas como el “coliving”, que consiste en compartir vivienda y otros espacios comunes con más personas. Lo de siempre, pero con otro nombre y sin gotelé. La misma filosofía que el “coworking”, el compartir espacio laboral con otros autónomos que tampoco les llega para pagar una oficina, y así dignificar la miseria. Hay que ver el lado positivo de las cosas, ya no hay excusa para quejarse por los muebles antiguos de un piso de alquiler pudiendo cogerlos tú más modernos y nuevos de algún contenedor de la basura.
Mientras esperamos de brazos cruzados a que nos bajen el importe de la factura de la luz, muchas personas se han decantado ya por el “nesting”, una práctica que ayuda a aumentar la capacidad de ahorro porque se basa en no salir de casa. Se disfruta de estar en el sofá, se conoce mejor a uno mismo y se aprovechan los recursos con los que se cuente en ese momento: lees una revista, resuelves un cubo de Rubik o no haces nada. Quien no ahorra es porque no quiere.
Una parte muy importante en la vida de las personas es el sexo, y resulta esencial establecer también una serie de pautas o consejos para seguir disfrutando de este pecado capital sin ver mermado nuestro escaso poder adquisitivo. Siempre hay opciones y alternativas para llevar una vida placentera por mucho que ahí fuera llueva y nieve, para seguir gozando del cuerpo sin que la factura se vea afectada.
Apaga la luz
Ya sea a solas o en pareja, utiliza velas para ir al baño y pon esparadrapo en los interruptores para no sucumbir a la tentación. Al principio se te hará raro, pero te acabarás acostumbrando a andar a palpo y potenciarás otros sentidos más atrofiados como el tacto. Verás tu recompensa al mes siguiente cuando revises la factura de tu comercializadora eléctrica y ya no querrás volver jamás a darle a ese botón del diablo.
No utilices juguetes sexuales de enchufar
Olvídate de todos esos cachivaches que van a batería o pilas. Las pilas también son muy caras y, si son recargables, ahora tampoco compensan. Hay que rebuscar en el baúl y rescatar esos viejos juguetes de goma impulsados por la tracción manual, tipo dildos con ventosa, plugs anales metálicos, bolas tailandesas o los puños de látex para fisting. En caso de necesidad extrema del Satisfyer o algún juguete semejante de última generación, reserva para su carga completa las horas valle, las mismas que utilizas para poner la lavadora, planchar o cargar el ordenador portátil.
Desinstala el Tinder, utiliza el periódico
Debemos volver a los contactos analógicos, reducir lo máximo posible el sexting, la búsqueda de contactos en apps de ligoteo y la visualización de porno. Aunque se aprovechen las horas valle y el enchufe del trabajo para cargar el móvil, también hay que empezar a optimizar su uso para evitar un consumo de batería fulminante.
Es buena idea sustituir Tinder y otras apps de contactos por anuncios por palabras en los periódicos, que tampoco hace falta comprarlos, en todos los bares hay alguno. También conviene sustituir el consumo de material pornográfico por revistas porno en papel, enciclopedias sexuales de los años 70 y catálogos de Venca. Orgasmos lowcost en pro de la eficiencia energética hasta que el cuerpo aguante. Utiliza la imaginación, es el órgano sexual que menos consume, al menos en energía eléctrica.