El momento en que una bomba de palomitas de maíz explota en mitad de una calle de China
@DIOSTUITERO
Veo en Twitter que estáis muy emocionados con la octava temporada de Juego de Tronos. La serie se parece mucho a la Biblia: hay gente rezando a un tal Señor de Luz, un tipo que resucita y aparecen gigantes y dragones. ¡Igual que en mi libro!
El Génesis 6:4 dice que "Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre."
Estos gigantes era conocidos como Nefilim, y aparecen en más libros de la Biblia y otros apócrifos. Es más, todos sabemos que David mató a un gigante, al pobre Goliat, que ese día se debió dejar olvidado el casco antes de ir a la guerra y le pasó lo que le pasó. Recordad, el casco es la vida.
Pero mucho más chulos que los gigantes son los dragones. Por supuesto, aparecen en muchos libros de la Biblia, y el más famoso es el del Apocalipsis, ya sabéis, aquel libro que escribió San Juan en la isla de Patmos, un día que no sabemos muy bien qué se había tomado. El dragón del Apocalipsis era "bermejo, tenía siete cabezas y diez cuernos" y era bastante coqueto, eso sí, porque "y en sus cabezas siete diademas".
Era mucho más poderoso que los de la Khaleesi, ya que "su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo" y dice la Biblia que "las echó en tierra". ¿Cómo puede sobrevivir la Tierra a la caída de la tercera parte de las estrellas del Universo? Pues de milagro, claro, como todo lo que cuenta mi texto sagrado. Perdonadnos, pero cuando escribimos el best seller los conocimientos de astronomía no estaban muy avanzados.
Otro libro de la Biblia donde aparece un dragón es el Libro de Job, que habla del temible Leviatán, una bestia ante la cual " a su sola vista se desmayarán". "Las hileras de sus dientes espantan...con sus estornudos enciende lumbre y sus ojos son como los párpados del alba" "De su boca salen hachones de fuego...hace hervir como una olla el mar profundo". ¡No os digo más que el bueno de Job se había hecho medio ateo y cuando le conté lo del dragón se volvió otra vez de lo más piadoso!
Pero no todos los dragones bíblicos son tan poderosos. El libro de Daniel nos cuenta que en Babilonia había un gran dragón al que todos adoraban. Todos, menos Daniel, claro, que un día cogió y le preparó un guiso a base de brea, grasa y pelos, el cual el dragón comió y reventó. A los babilonios no les sentó muy bien la broma y le echaron a un foso lleno de leones, pero Daniel como era un máquina sobrevivió. Pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión...
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