El emotivo momento en que un niño paciente de cáncer se reúne con sus hermanos tras seis meses en el hospital
EL SANTO FUE UNO DE LOS PRIMERO ICONOS HOMOSEXUALES
Mucho antes de que el monstruo Babadook se convirtiera en el icono gay de moda, los homosexuales rendían culto a San Sebastián, el mártir romano. Con motivo del World Pride Madrid 2017 de este año, una exposición en el Museo de la Historia de Madrid reivindica la figura del santo como patrón de los homosexuales.
Según la Leyenda Dorada, San Sebastián fue un soldado romano nacido en Narbona y criado en Milán que llegó a ser jefe de la guardia del emperador Diocleciano. Sin embargo, tras convertirse al cristianismo, fue condenado en el año 288 a morir asaeteado, atado a un árbol.
“Los encargados de cumplir esta orden se ensañaron con el santo, clavando en su cuerpo tal cantidad de dardos que lo dejaron convertido en una especie de erizo”, nos dice la Leyenda.
En realidad, San Sebastián murió apedreado. Después de que Santa Irene curase sus heridas, el soldado siguió firme en su fe y volvió a ser condenado a muerte, esta vez apaleado. Pero es maniatado y herido por las fechas de sus colegas como San Sebastián se hizo inmortal y acabó ocupando un lugar destacado en la historia de la iconografía gay.
De la corte de Diocleciano al barrio de Chueca
En efecto, aunque en la época medieval, a San Sebastián se le representaba vistiendo una cota de malla y luciendo una poblada barba, tal y como correspondía a su condición militar, en el Renacimiento el santo perdió tanta tela como años y se convirtió en el joven imberbe y desnudo que hoy reconocemos como tal en los museos y las iglesias.
El deseo siempre encuentra un camino, y la mitología griega, tomada de prestadillo por la iconografía cristiana, fue la dinamita que se lo allanó durante el Quatrocentto.
Pintado por Boticelli o Guido Reni, San Sebastián acabó convertido en el Apolo cristiano; una especie de Ryan Gosling renacentista en el que más tarde los artistas modernos encontrarían el motivo perfecto para plasmar el deseo homosexual. Como Oscar Wilde, que le dedicó uno de sus primeros poemas, o Tennessee Williams, cuyo Sebastian Venable corre una suerte parecida a la del santo en “De repente, el último verano”.
Expo en el Museo de Historia
La carga sexual de las flechas que estuvieron a punto de matar al soldado es tan evidente que no hay que explicarla. En una de las pinturas de Reni, las flechas son dos: una es de placer, y la otra de dolor. Tan obvio es el homoerotismo de la escena, que la reina Isabel de Farnesio mandó repintar el cuadro que colgaba del Palacio de Aranjuez, obra asimismo de Guido Reni, y rebajar la sensualidad del torso del santo.
En la exposición del Museo de Historia de Madrid, comisariada por Javier Domingo, se mezclan tanto piezas antiguas como nuevas. Desde una talla castellana del siglo XVII, a un dibujo del pintor Eduardo Rosales. Más de cuarenta imágenes del soldado de Narbona, todas pertenecientes a colecciones privadas, que invitan a recuperar el culto homosexual a San Sebastián.
Otras exposiciones para celebrar el World Pride
‘San Sebastián, el Apolo cristiano” no es la única exposición de temática LGTB que podrá visitarse en Madrid durante el World Pride 2017. Además de los recorridos propuestos por el Museo del Prado (“La mirada del otro”) y el Thyssen (“Amor diverso”), destaca la retrospectiva de la obra del fotógrafo y activista Dan Nicoletta, famoso por su amistad con Harvey Milk.
Patrocinada por Levi’s y montada en el Colegio de Arquitectos de Madrid, la exposición abarca 40 años de lucha LGTB. Desde las protestas en el San Francisco de los 70, hasta la actualidad.
Aquí, las flechas se dispararon en sentido contrario.