Estos premios arrancaron este año y se vieron desbordados por las candidaturas, en menos de dos meses recibieron 180.000 instantáneas de esta red social y, finalmente, se seleccionaron las 10 mejores, una de cada categoría.
La iniciativa no parte de Instagram, sino de una empresa privada que se ha decidido a premiar las mejores fotos para, suponemos, darse publicidad. Pero el invento ha funcionado, en menos de dos meses se presentaron más de 180.000 candidaturas para obtener el preciado galardón.
Las categorías eran variadas: viajes, etilo, amor, paisajes, festivales, #sinfiltro, arte, deportes, familia y mascotas. Y aunque se pedía que fueran fotografías como todas las que podemos encontrar en Instagram, la picaresca no se hizo esperar y afloraron fotografías repletas de retoques, que en poco se parecen al estilo propio de esta red social y que podrían formar parte de cualquier abanico fotográfico profesional al uso.
Y, precisamente, han sido muchas de estas fotos retocadas las que se han llevado el gato al agua en varias categorías. Sin embargo, son imágenes de gran belleza y muy expresivas, probablemente, dignas de ocupar el podio al que se han subido.
La ganadora ha sido de la sección mascotas, un perro al vuelo. Lo que demuestra que las mascotas siguen siendo nuestra perdición y que, cuando se trata de redes sociales, son los vencedores por encima de fotografías más serias o aun mejor planteadas.