El momento en que una bomba de palomitas de maíz explota en mitad de una calle de China
@DIOSTUITERO
Todos tenemos un grupo de Whatsapp con la familia, y durante estos días el mío ha sido así. Os copio un extracto:
GRUPO SAGRADA FAMILIA
Virgen María: ¡Buenos días, sin pecado concebidos! ¿Cómo os habéis levantado hoy? Escribid para que vea que estáis todos bien.
Yisus: Buenos días, mamá. Todo bien por aquí. ¿Necesitáis compra? Iba a salir al súper a comprar más levadura para partir el pan. Estoy agotado de multiplicar siempre el mismo trozo.
Dios: No hace falta hijo, tenemos de todo. No escribas nada en redes sociales, que te crucifican.
Espíritu Santo: Buenos días, por aquí todo bien.
San José: Biinis díis, pir iquí tidi biien...
Virgen María: No hagas burla al Espíritu Santo, José, que te va a castigar Dios.
Dios: (Reenvía un bulo desmentido dos días antes en Twitter)
Yisus: Papá, eso es un bulo, ya está desmentido.
Dios: ¡Qué va, es verdad, lo han dicho en la tele!
Yisus: Te lo crees todo, papá.
Dios: Habla el que no sabe ni elegir a sus amigos, que le venden por 30 míseras monedas.
Virgen María: Haya paz, que parece esto el Antiguo Testamento. ( Envía un vídeo de 14 minutos con un powerpoint de imágenes religiosas y música de Enya).
Yisus: Mamá, me vas a petar el móvil con tanto vídeo chorra.
San José: ¿Os habéis enterado de que el Gobierno ha limitado el precio de las mascarillas? ¡Eso es intervenir la economía! ¡Malditos comunistas bolivarianos!
Yisus: Pero si tú eres un obrero, papá, San José obrero, ¿ahora eres de derechas? Que lo sea yo que estoy sentado “a la derecha del Padre”...
San José: Que no, que he visto un vídeo en youtube donde un economista explica que eso va a producir desabastecimiento. ¿Tú no podrías multiplicar mascarillas, hijo?
Yisus: A ver, que yo solo tengo poder para multiplicar pan y vino, ¿te crees que soy el Banco de España? Y no me vengas con gilipolleces del libre mercado, que me lio a latigazos como en el templo.
Satán: Yo os puedo conseguir mascarillas a buen precio.
Virgen María: ¿Pero quién ha admitido a este en el grupo? Dios, eres un administrador de pena, no me extraña que esté el mundo como está.
Dios: Dejad de quejaros, que parecéis los de abajo, todo el día dando la brasa. Satán está con nosotros desde el principio de los tiempos y ya es como de la familia. Además, alguien tiene que hacerme el trabajo sucio.
Satán: Gracias, viejo, tú sí me comprendes. (Guiño, guiño).