@NORCOREANO
El fundador del antivirus McAfee, John McAfee, se suicida en una prisión de Barcelona.
Ayer se suicidó en una prisión catalana John McAfee, el hombre que ostenta el dudoso título de creador del peor antivirus conocido hasta la llegada de AstraZeneca. Podríamos pensar (y tendría lógica) que se ha suicidado por la frustración producida este 2021 al comprobar que era posible acabar con un virus, pero no ha sido así.
McAfee fue detenido el año pasado por evasión fiscal tras haberse convertido en el primer cuñado de la contracultura, el primer cuñado 'rockstar'. Mezcló con un talento especial esos dos mundos: el glamour de la rebeldía del rock, de la generación beat y de los 60 con el paletismo provinciano del que te dice donde echar gasolina barata o te enseña a manejar la barbacoa con una app de Android.
Una rara avis. Tan capaz de hacerse multimillonario con su ingenio, vivir en una fiesta continua rodeado de mujeres viajando alrededor del mundo, como de anunciar plataformas de critpomonedas a cambio de comisión, evadir impuestos siendo rico y darle pistas a la policía de su paradero en sus stories de Instagram. Un genio, un tonto. Un hombre capaz de trabajar para la NASA y de arruinarse en 2008 tras haberse tragado el dogma "Invierte en pisos, eso nunca cae".
Sus últimos años los pasó en Belice, rodeado de un séquito de prostitutas, allí volvió a consumir cocaína, como había hecho en su juventud y allí se vio envuelto en un lío cuando su vecino, que se quejaba mucho de sus fiestas, apareció muerto un día en su parcela. Allí también empezó a sospechar que la CIA lo espiaba y lo perseguía, una sospecha que casualmente aparece siempre cuando la gente empieza a abusar de sustancias.
A partir de ahí empezó a viajar por el mundo para evitar que lo capturasen, convencido de que le perseguía la policía. Era verdad, pero porque se le olvidó declarar lo que le pagaban por tuitear cosas como "Compra Bitcoin, si el Bitcoin no llega a un millón de dólares en 2020, me corto el pene". Así terminó, como un tuitstar cualquiera, un hombre que en los 80 había creado un imperio en Silicon Valley, en una época en la que se desayunaba whisky con cocaína. Había llegado allí tras vivir en comunas y vivir con unos cuántos hippies en una furgoneta. Un genio, un idiota. Netflix va a sacar un serión.