El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
NUEVA PELI DE RODRIGO CORTÉS
Blood of Dracula (1957)
Sin nada que ver con la creación de Bram Stoker, bajo este título trampa se escondía la respuesta femenina a cierta corriente de películas de género de los cincuenta dirigidas al público juvenil con la fórmula “Yo fui un monstruo adolescente”. Había una con un joven Frankenstein y otra, más célebre, con Michael Landon como licántropo. En esta “yo fui una vampiresa adolescente”, el director Herbert L. Strock planteaba una sencilla estructura de drama juvenil de la época para desarrollar una especie de metáfora sexual primaria cuando la chica protagonista se convertía en chupasangres dentro de la escuela segregada a la que llega. Un punto de partida sobre el que se erige un buen puñado de terrores menstruales adolescentes.
Hasta el viento tiene miedo (1968)
Una de las películas mexicanas de terror más célebres, coincide con su etapa de esplendor del cine gótico en el país, fue dirigida por el gran artesano del género Carlos Enrique Taboada. Su trama tiene un misterio en un internado femenino cuyas alumnas son atormentadas por un fantasma y ya tenía bien enraizados los elementos típicos del subgénero. Una estricta directora, horarios a rajatabla, adolescentes reprimidas con ganas de fiesta y escenas escalofriantes en el mismo entorno durante toda la obra. Se muestra en televisión mexicana los días de Todos los Santos y el día de los muertos.
La residencia (1970)
Tan buena como su célebre ‘¿Quién puede matar a un niño?’, este misterio gótico de Chicho Ibañez Serrador es una indiscutible influencia en la mucho más famosa ‘Suspiria’ de Dario Argento. No solo tiene ciertos aspectos de argumento similares, sino que escena por escena se pueden encontrar momentos calcados por el genio italiano. Además refirma todos los tropos que tendrán otras muchas películas similares.
La escuela está dirigida por una directora sádica y dictatorial, en este caso con un hijo reprimido sexualmente con quien tiene una relación algo incestuosa. El resto de chicas en la escuela también sexualmente reprimidas y otra camarilla secreta de estudiantes son lesbianas y controlan parte de lo que sucede en la escuela desde la sombra (algo heredado de los filmes de cárceles femeninas). Los asesinatos son tan bellos como los de cualquier giallo y las escenas de ducha tienen ese ojo de la España tardofranquista que derivaría en la explosión del cine S.
Lujuria para un vampiro (1971)
En los salvajes 70, la casa del terror británica Hammer Pictures abrió la puerta del armario y se puso a adaptar el relato ‘Carmilla’ en sus propios términos. Eso llevó a una trilogía de películas de vampiras lesbianas que jugaban, básicamente, con las fantasías masturbatorias adolescentes de los señorones británicos de la época.
‘Lujuria para un vampiro’ trata de un escritor que visita un estricto colegio de señoritas del siglo XIX en el que descubre que una libidinosa estudiante es, en realidad, una vampiresa que acecha y ataca a sus compañeras. Al final es un poco excusa para mostrar a mujeres bien dotadas acariciándose unas a otras, dormitorios con chicas núbiles y vaporosas con ocasionales exabruptos sanguinolentos.
Suspiria (1977)
Poco se puede añadir sobre este clásico absoluto del cine de terror que no se haya dicho ya. Probablemente, la película de género más bella de la historia, sigue el esquema de la estudiante que llega a una nueva escuela de baile que ha sido replicado más de esta que de otras anteriores. Un aquelarre de brujas oculto, el poder de lo sobrenatural y su paleta de colores le dan un encanto imperecedero que el remake de este año tratará de replicar sin imitarla. La siniestra historia real detrás de la película es la de la abuela de su guionista, Daria Nicolodi, que estudió en una escuela de piano en la que se realizaban oscuros rituales secretos adorando al demonio.
El bosque maldito (2006)
Una de las mejores películas del director indie Lucky McKee, se quedó en el olvido al surgir en una etapa del cine de terror mucho más violento. Emplazado en la Nueva Inglaterra de los 60, se centra en una joven llamada Heather que llega como novata a un internado. La adolescente se encuentra adversidades desde el momento en que pone un pie en la escuela y las cosas van empeorando a medida que aprende más sobre el oscuro pasado de la institución. Sus compañeros comienzan a desaparecer y sus camas aparecen llenas de hojas por la mañana. ‘El bosque maldito’ rinde homenaje a ‘Suspiria’ de Argento, pero sus conexiones lovecraftianas las dejan en buen lugar dentro del subgénero de terror sobrenatural. Una rareza que a día de hoy funcionaría mejor que en su desincronizada era de estreno.
Desaparecidas (2015)
Esta versión coreana del tema del internado tiene todos los aspectos clásicos absorbidos por la literatura gótica de todo el mundo, pero, sin embargo, no es una típica historia victoriana de sexualidad reprimida y psicosis alucinatoria más. Todos estos elementos son remezclados, de alguna manera, como una metáfora del terror del colonialismo de Japón en Corea. Ambientada en 1938, la adolescente Ju-ran es enviada por su madrastra a una escuela hospital antes de que sus padres se muden a Tokio.
A su llegada, Ju-ran cambia a su nombre japonés, Shizuko, lo que provoca un gran revuelo entre sus nuevas compañeras porque otra chica con el mismo nombre ocupó previamente su cama antes de desaparecer sin dejar rastro. Misterios, intriga y un desarrollo formal preciosita y estilizado van dando paso a una trama inesperada y bastante loca que la convierten en una rareza bastante extraña.