El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
FEMINISMO
En este momento, en el que el feminismo aflora por las calles, están apareciendo piedras para entorpecer su lucha. Es el caso de aquellos hombres que se aferran todavía al “machismo más rancio y adoptan posiciones incluso agresivas”, según sostiene Octavio Salazar en su libro #WeToo, brújula para jóvenes feministas.
Salazar es catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Córdoba y autor de varios estudios sobre las masculinidades. En su libro aborda temas como la manifestación del pasado 8 de marzo, la falta de representación de figuras femeninas en los libros de texto, la violencia de género o el mito del amor romántico.
El autor propone no dejar de lado a los hombres e integrarlos en el movimiento como aliados feministas: “El feminismo siempre mira hacia el futuro. El machismo, en cambio, huele (que apesta) a pasado”. Además, Salazar pide que la sociedad en general se vista con las gafas violetas y mire a través de ellas.
En el libro se analizan también las repercusiones que tienen en la sociedad “las masculinidades competitivas, agresivas, violentas, no emocionales y amantes del riesgo”, y muestra a los jóvenes que existe otra manera de entender y de vivir la masculinidad.
Convertirse en feminista no es algo que se haga de manera inmediata. Requiere de un proceso de adaptación, para Octavio Salazar “es un proceso complejo porque implica desaprender todo lo que se nos ha inculcado desde pequeñitos sobre lo que significa ser un hombre de verdad. Resulta ponernos en una situación incómoda porque tendremos que superar un estatus que a nosotros, los hombres, siempre nos ha beneficiado”.
Salazar considera que la violencia de género es un problema que tienen los hombres pero que sufren las mujeres, y opina que no finalizará hasta que no se solucione primero el pensamiento machista de los hombres.