DIGAMOS TODOS "EY"
Algunas expresiones en nuestro día a día se usan sin conocer su origen. Una de ellas, utilizada cuando se habla del mundo audiovisual, es la de Salta el Tiburón, referido a ese momento en el que una serie o película pierde el rumbo por completo. Te contamos el origen de este curioso término.
Uno no siempre sabe de dónde vienen las cosas aunque las diga en su día a día. Algunas expresiones simplemente se suman al acervo cultural y, mucho tiempo después, han permanecido. Su origen queda entonces olvidado por la mayoría de personas que lo utilizan, adquiriendo una nueva entidad separada de sus inicios. Es el caso de la expresión Salta el Tiburón, que se utiliza cuando una serie de televisión pierde el rumbo por completo. Su origen se remonta a los años setenta, cuando en los Estados Unidos de América se emitía una sitcom que aquí conocemos como Días felices. Estaba protagonizada por Ron Howard (sí, el director de cine), pero él no es el protagonista del hecho fundamental que dio pie a la expresión. Para eso tenemos que mirar a Fonzie, un personaje secundario interpretado por Henry Winkler. Es muy probable que no os suene de nada, pero si os digo que es el personaje alrededor del cual Peter Griffin monta una iglesia, quizá la cosa cambie.
¿Qué ocurrió con Fonzie? Era el típico secundario que molaba mucho en dosis calculadas. Imaginad un caso como el de Lobezno en los cómics de X-Men o el de Barney en Cómo conocí a vuestra madre. No era el centro, pero siempre llamaba la atención… así que su protagonismo fue en aumento según pasaban las temporadas, llegando a considerarse cambiar el nombre de la serie para hacer referencia a él. No se hizo tal movimiento, pero sí que Fonzie acabó en el centro de tramas cada vez más enrevesadas. El 20 de septiembre de 1977, con el estreno de la quinta temporada, se incluyó una trama que se resolvía con este momento:
Siendo fieles a la verdad, en el momento de emisión hubo más de 30 millones de espectadores y no fue realmente hasta los 80 que el término se acuñó. Se cimentó en la cultura popular a finales de los 90, gracias a una página web que recopilaba momentos en los que una serie saltaba el tiburón. Desde entonces ya ha sido inseparable de muchos análisis audiovisuales. Y aunque el escritor del episodio cree que se fue injusto con el guion, el propio Henry Winkler lo lleva con gracia, aprovechándolo a su favor incluso en algún cameo, como este en Arrested Development.