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ARTISTA EMERGENTE
Tras el nombre artístico de Rigoberta Bandini se esconde Paula Ribó. La artista emergente que lo está petando entre los rincones de música alternativa.
No es la primera vez que Ribó (catalana nacida en 1990) intenta forjarse una carrera en el mundo de la música. Antes de embarcarse en solitario con este proyecto que ha cautivado a la mismísima Mónica Naranjo, lo intentó con los grupos THE MAMZELLES, THE KARDOSHIANS.
Puede que su voz te suene cuando la empieces a escuchar cantar pero que no sepas de qué, y es que Paula Ribó ha sido muchas otras personas ( que seguro que conoces) antes de convertirse en Rigoberta Bandini.
Al menos, les ha prestado algo tan personal y característico como lo es su voz. Ribó ha sido Shailene Woodley en la saga 'Divergente', Dakota y Elle Fanning, la princesa Mérida en 'Brave' y Wendy en 'Peter Pan: La Gran Aventura', donde todas deseábamos ser ella y darle un ‘beso’ (un dedal) a ese niño que nunca crece.
Ha puesto voz a muchos otros personajes más, pero el que más impacta conocer es el primero, con el que empezó en ese mundo: Caillou. Además de actriz de doblaje desde los siete años, Paula Ribó es también actriz, directora de teatro y escritora de canciones, de obras teatrales y tiene publicada hasta una novela: ‘Vértigo’.
A sus 30 años acaba de ser madre de su primer hijo, al que le compuso la canción ‘Cuando tú nazcas’, una de las seis que tiene publicadas. Su último single se llama 'Perra', una divertida canción en la que dice que le gustaría ser como este animal.
Ojo, que no es apta para todos los públicos. Para entender el estilo de Rigoberta Bandini hay que saber que es la pareja (y socia) de Esteban Navarro, del dúo cómico Vengamonjas. Lo mismo te canta imitando el acento colombiano, que se marca "un Mónica Naranjo” al final de 'In Spain We Call It Soledad'.
Esa frescura, naturalidad y espontaneidad, junto con su voz dulce y trabajada, es lo que engancha de Rigoberta Bandini; lo que da ganas de que abran las salas de conciertos para poder asistir a uno de sus espectáculos, que prometen ser legendarios, para saltar, gritar (y hasta llorar).