El emotivo momento en que un niño paciente de cáncer se reúne con sus hermanos tras seis meses en el hospital
TU ELIGES
Encender o apagar las luces puede ser una movida a la hora de acostarte con alguien, por eso te damos las claves para que tengas claro desde el principio lo que más va contigo. ¡A disfrutar!
Nuestra forma de ser en el sexo puede variar según el día, según con quién lo hagamos o según nuestra personalidad. Pero si hay algo que no varía nunca es que hay que hacer una elección: encender o apagar las luces. Puede que los más tímidos opten por la segunda opción mientras que los más fogosos se decanten por la primera, pero ambas tienen sus cosas buenas y sus cosas menos buenas. Aquí la lista para que nada te pille de sorpresa.
Luz encendida:
- Lo mejor de la luz encendida es que podrás ver perfectamente toda la fisionomía de la persona con la que te estás acostando y, por supuesto, esto significa que también tendrás que dejarte ver. ¡Fuera pudores para todos!
- Podrás ver la mirada del compañero, que puede parecer una tontería, pero realmente no lo es. Unos ojos que te miran con deseo te harán disfrutar de la relación sexual el doble que si no cuentas con este estímulo.
- El momento del clímax se percibe mucho mejor, podrás analizar cada detalle de los gestos que tu crush haga cuando cuando consigas hacer que toque el cielo. Y eso te encantará, no hay duda.
Luz apagada:
- Es más romántico y, por supuesto, más íntimo si no tienes mucha confianza con la otra persona o hay algún complejillo que todavía no le quieres mostrar.
- Hace que se despierten todos tus sentidos al tener la vista anulada. Sentirás las caricias más profundas, el olfato más desarrollado y, por supuesto el gusto.
- Podrás imaginarte que estás donde quieras estar: playa, bosque, calle, un barco... ¡allá donde quiera que llegue tu mente, te trasladarás!
- Hay quien asegura que los orgasmos son más intensos, por el hecho de tener todos los sentidos concentrados en ello sin otros estímulos que los despisten.
Por supuesto, sea cual sea tu elección, estará bien elegida, de eso no tengas dudas. El mejor proceso es que, si tienes clara una de las dos opciones y no estás dispuesto, de ninguna manera, a cambiar, lo dejes claro a tu pareja antes de comenzar para que no haya malentendidos. Por supuesto deberá respetarte y, si no hay consenso, deberéis hablarlo hasta que lleguéis a un acuerdo entre los dos.
Es cierto que si la relación sexual es esporádica y no es con una pareja, puede que hacerlo con la luz apagada te resulte más cómodo al principio hasta que cojáis confianza. Eso sí, como no siempre hay disponible una casa donde dar rienda suelta a la pasión, hay ocasiones en las que no se puede elegir esto, ya que si estáis en un lugar donde no se pueda controlar, deberéis conformaros con lo que toque en ese momento.
Lo más importante, siempre, para que todo salga bien, es hacerlo porque te apetece y estás decidido a ello. Lo demás vendrá solo.